viernes, 12 de abril de 2013

Esto aún no ha acabado….

Ayer se me volvió ha remover otra vez todo por dentro, los compañeros despedidos vinieron a manifestarse a las puertas de lo que un día fue su casa, dos días después de conocer la sentencia que ha dado por improcedente sus despidos.

Otra vez tuve sentimientos encontrados, quería bajar a verlos pero no lo hice, creía que era como rebozarles que yo estoy dentro y ellos fuera, pensaba que para algunos reencontrarnos sería una alegría pero para otros sería una tristeza y por casualidades de la vida me llamó una excompañera que yo pensaba que iba a venir, pero que me dijo que para ella iba a ser muy duro y preferió quedarse en casa, estuvimos hablando un buen rato y cuando colgamos, tenía claro que no iba a bajar.

Luego me contaron las que si lo hicieron, que a los que saludaban les daba alegría ver que algunos de los que se habían quedado querían estar con ellos, pero yo fui egoísta y no quise revivir otra vez esa experiencia, no quería volver a despedirme, no quería estar en esa especie de muro de Berlín que nos ha separado, esto parece muy poético pero es a lo que lo asemejo, nosotros dentro, ellos fuera, nosotros calentitos, ellos pasando frio, nosotros con casa, ellos desahuciados, nosotros con sueldo, ellos en el paro.

Es tan difícil superar la pena, la rabia, la tristeza, la impotencia ante la injusticia, verlos y no poder hacer nada por ellos, pienso que por quedarme estoy el doble de obligada ha trabajar lo mejor posible, como si me tuviera que demostrar algo a mí misma, cual es la diferencia entre algunos de los que ya no están y yo para haberme quedado? creo que la sensación de culpabilidad tardará mucho en irse, siempre estará oculta, pasará el tiempo y quizás algún día vea todo esto como una etapa que hemos tenido que superar cada uno en un bando unos pasando página y volviendo a empezar y otros atrapados como el Día de la Marmota, porque aunque las cosas cambien en breve, y no creemos que sea para mejor, la verdad es que todos nos amoldamos a la bendita rutina, tanto quejarnos de ella, pero tan necesaria para nuestra estabilidad.

Además ahora nos vamos a quedar otra vez sin Jefe, este se va porque él quiere, otra vez a la deriva, sin saber que va a ser de los que nos hemos quedado, no lo digo a modo de pena, solo que nos tendremos que acostumbrar a lo que venga, una nueva etapa y quedan muchas cosas por pasar, pues esto aún no ha acabado.....