domingo, 24 de marzo de 2013

Demanda

Tras el ERE que ahora se llama Despido Colectivo motivado por causas económicas, en lo sucesivo lo llamaré DCMPCE, es impronunciable pero como ahora se lleva tanto lo de poner la primera letra de cada palabra, no quería ser menos. Bueno como iba diciendo, una vez realizado el juicio y en espera de la sentencia, los pocos trabajadores que hemos quedado estamos recibiendo demandas individuales de algunos compañeros despedidos.

Yo he recibido una en la que nos demanda a trece personas más, de un compañero que dice para empezar, que entró ocho años  después que yo, y además con otra categoría, Los sindicatos mayoritarios han realizado las demandas individuales contra categorías y no contra personas, pero el sindicato minoritario y algunos abogados individuales lo están haciendo de manera personalizada, como yo estoy afiliada he enviado esta demanda a la asesoría jurídica de mi sindicato, y estoy esperando sus noticias, la asesoría de la empresa nos ha aconsejado no hacer nada y dejar que pase el tiempo hasta el día del juicio que se celebrará en diciembre del 2014, de aquí a entonces todos calvos.

Esto lo cuento a modo de anécdota, pues cuando a uno le despiden hace lo que sea y lo que le aconsejen los que se supone que saben del tema, por eso no estoy dolida con mi compañero, pues le entiendo perfectamente, quizás de haber sido yo y si me hubieran aconsejado que eso era lo que había que hacer, lo habría hecho igual que él, pero hay compañeras que no lo llevan nada bien, y dicen que ellas jamás irían contra personas con nombres y apellidos, es muy fácil hablar cuando uno no se pone en el pellejo del otro, como yo si lo hago pues no le guardo ningún rencor, es más supongo que recibiré alguna más.

Pero sobre todo espero que esto se resuelva pronto para que todos sepamos hacia dónde vamos, lo que está bastante claro es que aunque salga nulo, no los van a readmitir, lo único que cabe es que lleguen a un acuerdo como despidos improcedentes y les den 45 días por año en lugar de los 20 con los que los han despachado.

Por muy malo que nos parezca lo que están haciendo, nada es comparable con estar en la calle y sin perspectivas de futuro.

Yo estoy con ellos porque podría ser yo la que estuviera fuera, pero he tenido la suerte de quedarme, y espero que dure aunque las condiciones cambien, para no tener un parón en tu vida laboral que al fin y al cabo es de lo que se trata de seguir cotizando para ese futuro incierto que nos espera en nuestras jubilaciones.

Suerte para todos sea como sea y aunque no sirva de mucho esta demanda.

¡Mucha mierda!

El jueves vimos una obra que se llama Debajo de las Polleras, con ese título y sin leer de qué va uno no sabe muy bien qué se va a encontrar, fuimos porque debutaba la hermana de un buen amigo y para esas cosas ahí hay que estar para apoyar.

El estreno era en un teatro que ni sabía que existía, bueno es más una sala pequeñita, a mi me recordó bastante al interior de un avión, pues había dos filas de tres y cuatro asientos y un pasillo y al fondo el mini escenario, quizás iba algo influenciada al saber que la hermana de nuestro amigo es azafata, aunque también pudo ser casualidad.

Tras años de estudio y sabiendo a lo que uno se tiene que enfrentar, lo primero es alabar la memoria de los actores, para mí que solo me puedo aprender alguna canción y muy pocas veces de manera completa, porque no soy capaz de reproducir exactamente ni una conversación, ni algo que he leído, ser actor de teatro ya me parece de por sí una proeza. Supongo que a fuerza de repetir y repetir un texto al final se va quedando, pero encima interpretarlo metiéndote en el papel de alguien que no eres creo que es un don, eso acompañado a no tener miedo escénico, saber que hay un montón de gente que está pendiente de todo lo que dices y de lo que haces, de las caras que pones, de lo que llevas puesto, en definitiva pendiente absolutamente de ti, para mí es de quitarse el sombrero, pues yo soy todo lo contrario cuanto menos se note que existo mejor, por eso elogio a los que si pueden hacerlo y me da mucha envidia sana.

Evidentemente yo no soy crítica de teatro, por lo que no puedo opinar si estuvo bien a nivel interpretativo, o si la dirección era buena o mala, si el atrezzo y el vestuario eran los correctos, ni si lo eran el maquillaje o la iluminación y el sonido, ni si la adaptación de la obra era apta para el público madrileño, solo puedo decir si me gustó o no, y la verdad es que después de ver obras de más renombre y con actores consagrados, ésta en particular aparte de hacernos pasar un muy buen rato, me pareció más que digna.

Además de tocar temas universales de las relaciones de pareja, echarle imaginación para explicar escenas y la versatilidad de los actores que aunque de lo que se trataba en definitiva era de analizar que la mayoría de los hombres son iguales, al final saqué la conclusión de que también lo somos la mayoría de las mujeres, aunque cada una a su manera, pero todas perseguimos lo mismo.

Desde aquí vuelvo a darles la enhorabuena y hacerles llegar todo mi respeto además de a los cuatro  actores, al resto que se gana así la vida y que se tiene que preparar cada día para enfrentarse a los nervios, a que no se les olvide el texto y sobre todo a nosotros al público que al fin y al cabo somos los que recibimos su esfuerzo final y la incertidumbre lógica de preguntarse si nos habrá gustado.

Como se suele decir por estos lares, ¡Mucha Mierda!