jueves, 10 de febrero de 2011

Recuerdas cuando se cruzaban las líneas de teléfono?

Hasta ayer no me había percatado de lo bien que funcionan ahora los teléfonos, y todo porque a una amiga le pasó una cosa muy curiosa, la llamó su marido al móvil pero desde un teléfono que no era el de su casa, entonces ella le dice: “desde donde me llamas? Y él la responde: “desde casa” pero ella dice: “¡pero si sale un número diferente!”, y así quedó la cosa como una anécdota sin resolver, pero hoy nos ha contado que recibió llamadas preguntando por otra persona, entonces se la ocurrió llamar a su número y la sorpresa fue que salió la persona por la que preguntaban cuando la llamaban a ella. Así que llamó a Telefónica, (perdón que ahora es Movistar para todo), y contó el caso, la dijeron que había sido un error y que lo subsanarían lo antes posible, y hoy ya les han normalizado la situación.

Y esto me ha recordado cuando en mi casa estabas hablando con alguien y de repente empezaba un circo como este:

- “Vamos a ir a ver una peli el sábado te apuntas?”
- “Llegaré a Zaragoza en el tren de las seis”
- “Pero que tren, qué dices de Zaragoza te digo que vamos a ir al CINEEEE”
-“Qué cine? Pero esto se oye como si tuviera eco, no?”
-“Uy que me parece que se nos ha cruzado otra línea”
- “Oiga que se nos están metiendo en nuestra conversación, haga el favor de colgar y volver a llamar”
- “De eso nada cuelga tú”
- “Pues no, porque yo llevo ya hablando un buen rato y os habéis colado vosotros”
- “Pues por eso mismo mejor colgar vosotros que ya os habréis dicho todo lo que teníais que decir”
-“¡Si hombre, pues yo no cuelgo!”
- “Vale pues seguimos hablando a ver quien se entera de qué”

Nos poníamos a gritar todos a la vez hasta que al final se oía:
-“PUES NADA QUE CUELGO, QUE ESTOS PLASTAS NO NOS DEJAN HABLAR”
-“PUES NOSOTROS TAMBIEN COLGAMOS, PORQUE NO NOS ENTERAMOS DE NÁ, ADIOS IDIOTA”
-“ME HAS LLAMADO IDIOTA?”
-“!NO A TI NO A LOS OTROS¡”
-“ANDA Y QUE OS DEN”

Y colgábamos, para volver a llamar a cualquiera y contarle: “A qué no sabes lo que me acaba de pasar, se me ha cruzado otra línea de teléfono”

Por qué no puedo ver a un muerto?

El domingo pasado murió un tío mío, y como es habitual en estas circunstancias, fuimos a un tanatorio, por desgracia ya conozco más de los que me gustaría, y puedo hacer un estudio de los mismos solo con la forma de las salas.

Si puedo, normalmente prefiero no entrar, y saludar a los familiares fuera, así lo llevo haciendo hasta el momento y nunca he visto un féretro con la persona en cuestión detrás del cristal, siempre me las ingenio para no tener que mirar, y dependiendo de cómo sea la sala lo tengo más o menos difícil, pues normalmente la familia más allegada, siempre está lo más cerca posible de la zona que no quiero ver.

Mi táctica es muy simple, dar siempre la espalda al cristal, pero sin acercarme demasiado, para mi los mejores son los que cuesta llegar hasta donde está, pues cuando estoy demasiado cerca, reculo y se donde está mi límite.

Pero en el tanatorio de Getafe, lo tuve bastante mal, la sala era enorme, y dos sillones también muy grandes frente a la cristalera, de manera que después de saludar, girara por donde girara, lo tendría que mirar. Para evitarlo pasaba de dar los besos a mis familiares a mirar al techo, al suelo, agradeciendo un montón que viniera gente y se interpusiera entre el cristal y yo, pero tenía que hacer verdaderas virguerías para seguir sus movimientos, si giraban la cabeza, zás se me iba la vista a ese lugar con tan poca luz, con las coronas, así que tuve que hacer varias veces una cosa que puedo hacer desde pequeña, que es como si apretara el nervio óptico y me provoco una visión borrosa (por cierto lo estoy intentando ahora mismo pero lo he perdido, ya no puedo hacerlo) he perdido mi poder, eso pensaba cuando era una mocosa, me concentraba en algo, lo veía borroso y luego volvía a verlo bien y jugaba a que hacía magia.

En fin espero que alguna vez se me pase, pero mientras tanto prefiero tener un recuerdo de ellos vivos, no quiero mantener esa imagen tétrica en mi cabeza, de momento ni puedo ni quiero ver un muerto.

Gente nueva nos cae bien, nos cae mal...

Qué sucede cuando conocemos a alguien nuevo? Pueden pasar varias cosas, una que de entrada o nos caiga bien o nos caiga mal, hace poco ha venido una nueva adquisición que en la primera impresión a mí me pareció alguien normal, pero claro yo no tengo que estar codo con codo con esa persona, la verdad es que solo cruzamos algo de conversación dos días, y con eso tampoco conoces a nadie, en principio otorgo el beneficio de la duda.

Pero que ocurre cuando la gente que conoces te cuenta que no les cae bien? Con quién empatizas, con la persona recién llegada de la que no sabes ni un pimiento pero que da un poco de pena, no conoce a nadie, está desorientada, quiere ser incluidas en el grupo, intentan ser agradables, o con las que conoces hace ya casi veintitantos años y que son de fiar?

No debemos dejarnos influir, pero es inevitable, hacer piña con las que más conoces, según van sacando defectos, acabas viéndolos igual que ellas, y en el fondo eso nos une más, debe ser algo innato en el ser humano que nos viene del instinto animal, hacemos manada para ir contra la presa o enemigo.

Aunque también puede pasar que gente que a ellas les caen bien, a ti te caigan como una patada en el estómago.

Al final muchas veces cambiamos de opinión, primero no nos gustan y luego si, o empiezan muy bien y luego son tontos de capirote.

Hace un año vino a trabajar con nosotros una persona que bueno al principio pues a todos nos cayó bien, pasó el tiempo y empezamos a sacar defectos, pues anda, sabe de todo, no hay tema que saques que no tenga algo que decir, llegamos a compararla con el listo que todo lo sabe, pero al menos ella tiene mejores formas de decir las cosas, aunque eso sí, de una manera un tanto monótona y siseante, es decir que para decir icc dicen isesé, sabéis esas personas que no son de aquí, sino de donde es Shakira, pero que cuando las intentas escuchar, automáticamente tu mente se evade, porque te aburre no oír una subida o bajada de tono (yo la mandaría a OT, no a que la enseñen a cantar, sino a modular un poquito), te puede contar algo muy divertido como si estuviera en un funeral, o algo muy triste como si fuera el mismo funeral, es lo que yo llamo una conversación valle, no hay un solo pico ni hacia arriba ni hacia abajo. Y con el tiempo te das cuenta de que te va como minando, y acabas por intentar hablar con ella lo menos posible, y a su vez eso hace que me sienta mal, no todo el mundo tiene que ser ágil para contarte algo, pero claro si desde que empieza hasta que acaba te dan las uvas y ves que la conversación no va a ninguna parte pues te acabas por desesperar.

Si a eso se añade que cada vez que la pedimos hacer algo del trabajo para lo que la han contratado, no hay una sola vez que se pueda hacer a la primera, y viene y te cuenta el motivo, y lo vuelve a intentar, y vuelve a salir mal, y te lo vuelve a contar, hasta que a los tres días con un poco de suerte podemos dar por finalizada una gestión, algunas ya pensamos que o es un poco manta, o no la entienden, o directamente es gafe.

Espero que mi trabajo me dure, y no tenga que entrar en un sitio donde me vea como la nueva, sin saber a quien le caigo bien o le caigo mal...

miércoles, 2 de febrero de 2011

Todo lo de antes ya no vale...

Supongo y estoy convencida de que con la edad nos vamos enrareciendo, y lo que antes era un bonito lunar, ahora lo veamos como una fea verruga, y pasa en casi todas las relaciones las familiares, de amistad, con compañeros de trabajo, etc., como se te ocurra hacer una sola vez algo que no les guste y que les siente mal, se les olvida de golpe y porrazo todo lo vivido con anterioridad, da igual que hayas escuchado sus problemas, sus miedos, sus enfermedades, las de sus maridos, las de sus hijos, las bodas, los nacimientos de los nietos, que hayas compartido sus estados de ánimo, sus sufrimientos, sus fríos, sus calores, que hayas intentado ayudar dentro de tus posibilidades, de interesarte por su vida en general, los buenos ratos, los consejos, el quitarle importancia a sus problemas para que no se preocuparan, en fin toda una larga lista que se borra de un plumazo.

Un día, un solo día metas la pata por un motivo casi intrascendente y además si se piensa fríamente casi justificado, y te caes con todo el equipo, de golpe y porrazo ya eres malo, y has hecho mucho daño, da igual que pidas perdón, que te disculpes, que reconozcas que hiciste algo mal, da igual, la baraja se ha roto para no volver a recomponerse.

Lo bueno es que si la relación era lo suficientemente consolidada eso no ocurriría, pero si es con personas que van de buenacitas y que dicen no ser rencorosas, y van a la chita callando, malo, al final se demuestra su mezquindad, que menos que decir, bueno pues pelillos a la mar, pues no.

Yo siempre intento ponerme en el lugar de los demás, es la única manera que sé de poder comprender que pensaría yo, si me pasara tal cosa o tal otra, y sinceramente, no creo que le diera tanta importancia a un asunto tan intranscendente, pero como digo, puede que cuando yo tenga la edad de la persona con la que me ha pasado, piense todo lo contrario que ahora y me enfade por las cosas más nimias que me sucedan.

De todas formas yo sigo queriendo sacar siempre la parte positiva de todo lo que me rodea, y si las cosas son así, pues pienso que al mal tiempo buena cara, es difícil llevar una relación laboral porque no la queda otro remedio, con alguien con quien te has cabreado, pero es lo que hay y aparte de los saludos de cortesía y la información indispensable, casi se agradece el no tener todos los días que aguantar a la ahora víctima de nuestro fallo, con sus cantinelas matutinas como: ¡Ay mamaíta!, ¡Qué frío, pero que frío!, ¡Qué estrés!, ¡Ay que miedo!, ¡Yo no se nada, ni quiero saber! o ¡Pues si se lo tengo que decir a mi Jefe para que me hagan caso, se lo digo!

Lo dicho al final todo se rompe porque en el fondo no había el suficiente poso y todo lo de antes ya no vale...