No se si fui al mismo estudio que Jeremías, ni el número de dientes que en ese momento recorrían mis encías, pero esos mofletes siguen siendo los míos y los ojazos (mater dixit) están, ahora, ocultos tras unas gafas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Mu guapo si señor.
ResponderEliminarMe mola mucho la nueva portada.