lunes, 21 de junio de 2010

Dame fútbol y llámame tonto

Lo siento pero es el tema de moda y parece que copio a Jeremias pero aquí lo dejo.
Increíble pero cierto, son las 9:30 de lunes 21 de junio, en la calle no hay un alma, no se pasea a los perros, no se saca a los niños al parque, no hay coches circulando, no se oyen voces, ni música, ni nada, hasta los pájaros han dejado de piar ¿estarán viendo el partido?, en las empresas dan permiso para que puedan verlo en sus casas o ponen televisores para poder ver el partido de ESPAÑA, simplemente es muy curioso que no te dejen ir a ver a tus hijos a su fiesta de fin de curso, pero para esto no pongan ningún problema, por favor no vayamos a comparar la mediocridad de la familia con un evento tan importante a nivel ¿cultural?.

Hay un silencio casi sepulcral, que se rompe únicamente con un ¡Uyyyyy!, hasta que de repente se oye un: ¡GOOOOOOOLLLLLLL!, y ya todos son amigos saltan, se abrazan, se dan la mano, se besan, pues pareciera que sus vidas pendieran de un hilo invisible, aguantan la respiración, sufren con los fallos, si ganan ganamos todos, si pierden la culpa es de la reportera esa tan guapa que desconcentra al portero (bonito juego de palabras).

Manda narices que los millones de españoles que somos no seamos capaces de unirnos para intentar solucionar los problemas que tenemos encima en nuestro país, en nuestro continente, en nuestro mundo, pero basta ver a once señoritos detrás de un balón, para que nos salga el torero y la flamenca que cada españolito lleva dentro, por 90 minutos todos somos españoles y a mucha honra, qué unidad en el sufrimiento si perdemos, qué alegría en los rostros si ganamos, olvidamos nuestras diferencias, todos nos sentimos parte de esa bandera de los que muchos reniegan a diario, pero que agitan con ahínco en estos importantísimos momentos que brinda el deporte rey, el que da más horas de reflexiones, comentarios, alusiones, motivaciones, tertulias en las televisiones, etc., etc.

Hay un refrán que dice dame pan y llámame tonto, que se puede cambiar por “dame fútbol y llámame tonto” y quiere decir que se critica al que perdona las ofensas a cambio de los beneficios que recibe, y yo me pregunto ¿qué beneficios sacamos en claro de si ganamos o perdemos?, supongo que únicamente nos queda tener alta la honra (que no la honradez)

jueves, 17 de junio de 2010

Marea roja.

El gran día ha llegado, las calles quedan vacías, la tensión se masca en el ambiente, una oleada colectiva de nerviosismo y de camaradería fraternal se apodera de todo un pais, algo muy importante debe estar pasando, quizás sea la crisis económica que ha tocado fondo al fin, puede que sea la tan temida reforma laboral que ha sido implantada mediante decreto demoledor resolviéndose en un poco mas de un mes una negociación que llevaba enquistada varios años, incluso décadas, o puede que estemos en algún tipo de simulacro nuclear y ha sonado el toque de queda y no me he enterado.

Acudo como cada día a buscar a Víctor al cole y noto todo esto a mi alrededor, incluso las nubes se asoman amenazadoras pero no de lluvia, es algo diferente, son de un color rojo plomizo que me hace sospechar cual es la causa de tanto desasosiego, hoy es el día del estreno mudialístico futbolero y como no podía ser de otra manera, todo un señor país se paraliza y absolutamente todo queda supeditado a como sean capaz de resolver lo que no es mas que un triste juego de niños, un grupo de millonarios en calzoncillos, para saber si somos una gran nación de prestigio o uno de tercera, porque da igual el I+D, el producto interior bruto (que apropiado), la tasa de paro, la renta percapita, o el nivel de riqueza cultural, lo que cuenta al final y de esto saben mucho los politicos, es cuantos balones consiguen atravesar la portería contraria y convertir una victoria deportiva en una catarsis de pasión patriótica.

Al final después de dos horas de partido una jarra de agua fria, helada, congela las esperanzas de millones de seguidores, yo, para consolarlos les digo que mejor que no ganemos porque sino, quien le explica a los cuatro millones de parados nacionales que estos personajes se embolsaran 600.000€ cada uno por hacer algo que debería ser altruista, únicamente por el honor que se le supone formar parte del estandarte nacional.

jueves, 10 de junio de 2010

Ecografías en 3D menudo invento lo más de lo más

Hoy he recibido un correo de un primo que va a ser papa en breve, venía con un link para pinchar y ver una película que duraba 5 minutos aproximadamente, la he puesto en marcha y esto es lo que he empezado a ver:

Unas imágenes en color sepia (como las fotos antiguas pero en movimiento)
Unas masas más claras y más oscuras que se movían al ritmo de la música del hombre del piano, supongo que es como mirar el fondo de una piscina, hay un movimiento ondulante que hace que no puedas fijar bien la vista.
Empiezo a buscar la cabeza pues siempre es lo más grande que suelen tener los fetos, y creo verla, también me parece ver el tronco, los brazos, y las piernecitas, la verdad es que lo que estoy viendo, me recuerda más a un pollito que a un bebé, a veces me parece que el cuello queda separado del cuerpo y tiene la típica posición fetal.
De repente la imagen va de derecha a izquierda onduleando y me parece ver como si fuera la cara de un fantasma. Una cara de adulto con una barbilla super grande que digo yo, este niño nace viejo. Pero de golpe y porrazo tengo definida una cabeza, lo que significa que todo lo de antes me lo he inventado, pues no veía realmente lo que era.
Sigo observando y me parece ver que en la boca tiene un tubo, pienso que es el cordón umbilical pero es imposible, eso le quedaría más abajo, pero veo incluso que abre y cierra una super boca como un buzón de correos y me digo a mi misma, que este futuro bebé va a chupar la teta divinamente.
Pues no, es que la imagen se distorsiona y va y viene entre el líquido amniótico en el que flota.
Cada vez lo veo más claro, es una cabeza con un ojo cerrado, la boca que se abre y se cierra y un agujerito donde supongo que luego irá una oreja, la primera visión que me viene a la mente es la de un extraterrestre, veo que saca la lengua como si estuviera chupando algo, de pronto aparece una manita y un dedo algo pequeñito uououooooo, se introduce en la boca, no me lo puedo creer se está chupando los dedo como si se hubiera dado un festín de chuletas a la parrilla.
Luego la imagen pasa de parecer un E.T. cualquiera a parecer un robot metálico.
Y pensar que eso luego pasará a ser un bonito humanito, que crecerá y se hará un hombre, realmente el milagro de la vida supera con creces la ficción sobre todo ahora que la ciencia avanza que es una barbaridad y las ecografías en 3d ayudan a los padres a ver la cara de sus futuros vástagos con estos inventos que son lo más de lo más.

lunes, 7 de junio de 2010

Navalperal

Necesitaba salir de Madrid, necesitábamos salir todos, un viajecito, cualquier cosa aunque fuera cerca y por poco tiempo, pero salir, cuando el calor de verano se empieza a asomar y no precisamente tímidamente sino de sopetón, ese calor cansino, pesado, cuando los pies te piden a gritos que los liberes de calcetines y que cambies los zapatos por alpargatas estivales.
Se admiten visitas inesperadas rezaba el mensaje de un amigo aludiendo al pueblo al que se retiraría durante el fin de semana y que esgrimía como excusa para cancelar la periódica cita mensual que nos reune cada ultimo viernes a tres amigos de la infancia.
Navalperal de Pinares, quizás no tiene museos importantes o ruinas memorables, pero a poco menos de 100 km de la capital, como en un viaje astral, la atmósfera cambia radicalmente, el paisaje a medida que nos acercamos nos va engullendo con una naturaleza salvaje que hace recordar a sus habitantes unas décadas atrás cuando el entorno que hoy nos parece idílico entonces era duro y sacrificado.
Paseando por el pueblo, todo a golpe de zapatilla, sin tener que coger el coche para acercarse a por alimentos, a tomar una cañita, al parque, a la estación o a ver el proyecto de futuro en el que se van a embarcar unos valientes nuevos colonos construyéndose su nidito de amor en lo que a día de hoy es poco mas que un desvencijado caserón y que espero podamos disfrutar con ellos cuando tengan a bien invitarnos para cuanta barbacoa sea precisa.
En una sola jornada dio tiempo para todo, como atracción estrella el típico paseo por la carretera vieja, esa que hay en todo pueblo que se precie, la consabida parada en la plaza del pueblo con vermucito incluido en la terraza del bar a la sombra de una parra histórica, pasando por la estación para comprobar como el tiempo hace estragos en algunos garitos que despiertan nostalgia de otra época.
En fin, un día diferente, a hora y media de la jungla de asfalto hay vida mas allá de atascos, prisas y cabreos, un lugar para desconectar y sentirse como un niño disfrutando de los placeres básicos de la vida.