miércoles, 25 de mayo de 2016

Diazepam, nuevo amigo sin derecho a roce !!!

La buena suerte no es para siempre, desde hace unos años vivimos una mala racha en la salud y en las vidas de los que me rodean.

Y aunque mi positividad siempre ha estado por encima de la negatividad en estos asuntos, llega un día, un momento o un espacio de tiempo en el que mi cabeza hace un cortocircuito y me la juega.

Hoy ha sido ese día, porque además de lo que ya tiene uno mismo, ocurren más desgracias, que van como rebosando ese vaso imaginario del aguante, todo nos va haciendo un agujero como la gota que siempre cae en el mismo sitio y va horadando hasta una roca por muy dura que esta sea, hoy mi vaso ha llegado al límite.

Además de las enfermedades familiares, nos hemos enterado de otras cosas, como que el hijo de un ex compañero, que después de estar un año en coma, despierta pero sigue siendo como un vegetal, y piensas en cómo se sentirán esos padres y toda esa familia que sufre tantísimo, o en los padres de otra compañera/ya también amiga, que han sufrido un accidente de coche y para evitar un choque han atropellado a una persona, entonces como siempre y sin quererlo hacer, empatizo con todos ellos, de tal manera me pongo en su lugar que en mi cabeza no caben más desgracias, y empieza a entrarme una angustia tal que desfallezco, yo que me creo tan fuerte, tan fría, tan, yo puedo con todo, a mi nada me puede minar la moral, pues voy y peto como un ordenador que se queda colgado, me caigo con todo el equipo y se me nubla la razón, me entra un gran agobio, me cuesta respirar, tengo un gran nudo en el pecho, me entra ansiedad y antes de que me dé un ataque de pánico y rompa a llorar, pregunto a mi compañera que si tiene algo que me pueda relajar como un Lexatin o similar, porque realmente me encuentro fatal, pero solo tiene Diazepam, me lo da y me lo tomo, sin pensar en nada más que en relajarme un poco y volver a poner distancia entre las desgracias y yo.

La ingesta del medicamento ha tenido lugar, sin haber comido nada antes y el efecto ha sido inmediato, nunca he tomado drogas, pero me imagino que debe ser lo más parecido que se siente al tomarlas.

De repente me ha transportado a un mundo feliz, lleno de paz y tranquilidad, nada tenía la importancia que yo le había dado, todo tenía solución, estaba relajada, los párpados y las extremidades me pesaban, hablaba con mucha lentitud, en dos palabras, me ha dejado groggy, lo cual ha hecho que mis compañeras se lo hayan pasado pipa, al menos ha tenido dos efectos positivos uno efectivo en mi persona y otro producir una risa franca, desinhibida contagiosa, liberadora, conveniente, oportuna, beneficiosa, saludable agradable, al fin y al cabo, muy necesaria, aunque espero que la pobre que ha venido más contenta que unas castañuelas, no se haya creído que nos reíamos de ella.


Por eso a partir de ahora considero al Diazepam, un nuevo amigo, pero sin derecho a roce, pues me temo que su consumo debe estar solo indicado en caso muy pero que muy contados.

Y si esto queda otra vez en tablas?.

Otras nuevas elecciones nos esperan el 26 de junio, otra pelea de gallos, otra vez el y tú más o el  y tú menos, otra vez el tú mientes y yo soy el más honrado, tú eres corrupto y yo no, yo disminuiré el paro y tú no, tú subirás los impuestos y yo también aunque no lo diga ahora, otra vez los eslóganes recurrentes, otra vez las mismas caras con las mismas palabrerías, otra vez las encuestas, los espacios electorales, la publicidad más engañosa del mundo, el gasto continuo, las banderitas, los mítines, las palabras vacías de siempre que se llevará el viento.

Otra vez a rezar que no nos toque en la temida mesa electoral y si nos toca que por favor solo seamos suplentes.

En las anteriores elecciones lo tenía muy claro, quería dar un golpe en la mesa, un cambio radical, tenía una nueva ilusión que por supuesto me ha desilusionado como siempre me suele pasar, creí de verdad en algo fresco, diferente, cercano, donde cabían personas de muchas ideologías, con carácter para dialogar, para intentar que las cosas fueran a mejor y que me pasó? pues que me he dado cuenta de que no tengo tantas cosas afines como creía porque han preferido poner sus condiciones por encima de muchos que les dimos una oportunidad, para que la desperdiciaran como lo han hecho por eso esta vez se quedarán sin mi voto.


Esta vez buscaré a quien haya al menos intentado destapar corrupciones, denunciar injusticias, puede que me equivoque otra vez, que será lo más probable, pero quiero ejercer mi derecho a votar y si ese cambio sirve para que no vuelva a quedar esto en tablas me conformaré.

miércoles, 24 de febrero de 2016

¡Hasta siempre Salva!.

Hoy no he podido llamar a un amigo como hacía todos los años el 24 de febrero, para felicitarle por su cumpleaños y charlar un rato, ha sido ver el día y acordarme de inmediato, como todos los años, pero esta vez he sido consciente de que nunca más podré volver a hablar con él porque Salva nos dejó el 20 de enero.

De la manera más inverosímil, una enfermedad de las llamadas raras se lo llevó, de la forma más cruel, con una degradación tan rápida del cuerpo y la mente, que no se puede asimilar, es una de las peores pesadillas pero que ha ocurrido de verdad y eso lo cambia todo y a todos, aunque la vida sigue y eso es lo que siempre oímos que se dice en estos casos, este duro golpe nos ha dejado una enorme y doliente secuela en nuestros corazones, todos estamos tocados, tristes, apenados, echándole de menos. Pero imaginar cómo está Jesús, me duele horrores, cada uno volvemos a nuestras vidas y no tiene ni punto de comparación a cómo se encontrará, está solo, en su casa le falta su presencia, su voz, su risa, su complicidad, su alegría, su calor, su amor, en definitiva le falta todo él, cómo podrá sacar fuerzas para seguir adelante y vivir día a día con su ausencia.

Hasta hoy no he tenido fuerzas para contar lo ocurrido, porque hablar de Salva, significa que jamás podremos recordar juntos todo lo vivido desde el instituto hasta nuestro medio siglo de la actualidad, la mayoría coincidirá conmigo en que Salva tenía una memoria prodigiosa para recordarnos todo lo ocurrido en aquellos años en los que no parábamos de vernos contando las horas esperando en el banco comiendo pipas, cuantas charlas sentados en los escalones de un portal de la calle Jeromín,(también comiendo pipas), cuantas tardes en el Santa Teresa con un café o un carajillo, soñando con arreglar el mundo, o jugando al billar, cuantas partidas de mus en los bares o en su casa, cuando no estaban sus padres, cuantas cuitas amorosas o más bien desamorosas nos contábamos, pues mucha suerte de jóvenes no teníamos siempre quedándonos con quien no sabía ni que existíamos, tanto era así que una vez llegamos a un acuerdo, si a los cuarenta años ninguno de los dos habíamos encontrado pareja, viviríamos juntos al menos para compartir gastos, cuantas intimidades, secretos, opiniones, consejos, otra cosa no hacíamos pero hablar, hablábamos por los codos.

No todo era tan bonito, que también tuvimos broncas, enfados, y discusiones, de  unos con otros y todos con todos, unos más y otros menos, pero nunca fueron a nada más, al poco tiempo todo se olvidaba y pelillos a la mar.
  
Con el tiempo se convirtió en el alma del grupo, el que hacía porque nos viéramos, el que organizaba las quedadas de los últimos años, en definitiva él nos mantenía unidos, en todas las pandillas siempre hay alguien así y nunca nos damos cuenta hasta que como hace casi un mes le perdemos.

Ahora al echar la vista atrás y recordar tantas cosas que no puedo concretar porque serían muchísimas, me identifico con la canción, cuando la pena caer sobre mí quiero encontrar la niña que fui y busco entre mis recuerdos cada momento que nos parecía siempre igual pero en el fondo era algo especial, días sin prisas tardes de paz.

¡Amigo mío, siempre estarás entre mis recuerdos y jamás te olvidaré!