Por si
éramos pocos no va a parir la abuela, sino otra vez mi cuñada, eso, eso que
aumente la natalidad, que dicen que ha caído en picado.
Hay
quien, aunque la economía vaya mal, el mundo esté loco y dé más miedo que once
viejas, no se conforma con uno y quiere la parejita, así que ya vamos a tener
una meona en casa, además todo indica que puede nacer el mismo día que mi
hermano y yo, así que ya sé dónde vamos a celebrar los cumpleaños.
La
noticia cuando me la dieron me dejó más preocupada que otra cosa, yo y mi
mentalidad de viejuna, yo y venga poner problemas, yo y que pasa con el
trabajo, yo y que no váis a caber en la casa que es muy pequeña, yo pensando en
los abuelos que se la van a comer con patatas, yo y todas esas circunstancias
que han hecho que yo no los tenga.
Pero
menos mal que hay quien no le da ninguna importancia a eso y piensan que ya
saldrán de una manera o de otra, esos son los valientes, yo soy una cobardica,
y lo digo como lo siento, jamás me sentí capacitada para esa tarea.
Buenos
aparte de filosofar sobre la maternidad el tema de hoy lo dedico a los nombres
que buscan los padres a sus hijos, también influye que la madre no sea española
y el padre sea más joven que yo y no recuerde ciertos capítulos de la infancia
de los que ya rondamos los 50 añitos.
Aclaro
todo esto porque a mi sobrino le pusieron Lucas, y claro intentamos que
cambiaran de opinión por aquello que se decía en mi época de: ¡Hasta luego
Lucas! Y que hizo tan famoso Chiquito de la Calzada.
Pero
ahora se han empeñado en ir más atrás en el tiempo, y mi sobrina se va a llamar
Valentina, si exactamente como el personaje femenino de aquel inolvidable
programa infantil de los años 60, yo era del club de fans y hasta me enviaron
esta postal firmada por ellos, me puse más feliz que una perdiz.
Lo que
con ellos aprendimos aún sigue en nuestra memoria como:
Locomotoro
que inclinaba su cuerpo hacia adelante con los pies fijos en el suelo,
cuyas frases más conocidas eran "que
se me mueven los mofletes" "borra eso" "hola
amigüitos" "Buenas tardes tardes".
Valentina dulce y fina como una mandarina, siempre provista de
unas grandes gafas, era la más inteligente, sensata y la sabihonda del grupo. Saludaba
diciendo "Hola, señores chicos".
El Capitán Tan es tan capitán que parece un rataplán, (que sigo
sin saber que es) comenzaba a contar sus viajes diciendo: "En mis viajes por todo lo largo y
ancho de este mundo".
El tío Aquiles con sobrinos a miles.
Y luego andaban chinchando los
Hermanos Malasombra que cambiaban el color de los trajes cuando se volvían
Buenasombra, todos tenemos en la memoria las cancioncillas que nos aprendíamos casi
como el Padre Nuestro (en aquella época no se podía esperar otra cosa) y que
luego cantamos hasta la saciedad en el cole, en el campamento, en los
cumpleaños, donde se terciara no faltaban nunca:
El barquito chiquitito, Los hermanos malasombra, La vaca de Aravaca, Si quieres ser Capitán y El Reino del Revés.
¡Qué tiempos aquellos de la
niñez, con qué poquitas cosas nos conformábamos y con qué poquito éramos
felices!.
Al final mi nueva sobrina siempre me traerá, recuerdos de mi infancia!