domingo, 26 de febrero de 2012

Hola Duende

Cuanto tiempo ha pasado!

Cuanto desde que no aparezco por aquí, cuanto desde que no me siento ante una hoja/monitor en blanco... cuanto desde que no veía a un viejo amigo de la infancia. Demasiado tiempo, no se puede dejar pasar la vida sin hacer nada ante estas pequeñas dejadeces, hay que intentar solventarlas antes de que se hagan demasiado grandes, me alegro de que el duende haya hecho su aparición, me llamó esta semana y quedamos el sábado a dar un paseo con las respectivas familias por el Retiro, espero que a partir de ahora podamos retomar una cadencia que nunca se debió perder. Lo bueno del caso es que aunque realmente hayan pasado varios años, al poco de empezar a hablar parece como si no hubiera pasado mas de unas semanas e incluso curiosamente hemos descubierto que leemos los mismos foros de internet y conociamos a los mismos personajes que escriben en ellos asi que de alguna manera seguiamos teniendo puntos en común, manda oeuf´s, con lo grande que es la red!

También vemos los mismos programas medio frikis de tv y estuvimos un buen rato comentado tal o cual episodio en concreto.

En fin, no se lo que duraré por estos lares pero aunque solo sea de manera puntual intentaré dejarme caer.

Un saludo especialmente a Cristina que sigue de vez en cuando nutriendo a esta criatura que es una parte importante de mi persona.

sábado, 18 de febrero de 2012

Me quiero cambiar de sitio pero mis compis no me dejan

Estoy hasta la coronilla de mi puesto de trabajo, y lo digo desde el cariño, no penséis que quiero dejarlo ni mucho menos, ojala me pueda jubilar donde estoy aunque las cosas últimamente están cambiando para que no sea así, pero bueno no nos preocupemos antes de tiempo.

Mi mesa es la primera que cualquier persona que pasa una puerta, que a su derecha tiene unas fotocopidoras y a la izquierda unos armarios, en dos pasos lo que se ve es a mi sentadita en ella, bueno mejor dicho supongo que lo que más se me ve es la cabellera, la parte de arriba desde el flequillo, es decir lo que cortaban los indios en las pelis del oeste, pues como soy muy bajita hasta que no se acercan no me ven la cara.
Un vez ahí ya se divisa todo el panorama del departamento dispuesto en mesas de a dos.

Explico esto para ponernos en situación, al ser la primera mesa y estar en la posición referida, cualquier persona que se aproxime siempre cuenta con mi inestimable colaboración para lo que les ocurra, que viene una visita despistada a Contabilidad, me pregunta a mi, que las fotocopiadoras no tienen papel o se han atascado, me piden ayuda a mi, que mi compañera le da bola al Señor Supergrandilocuentetodolosabe Machoman, pues yo aguanto la supercharla, se que ya aburre que hable tanto de este señor, pero lo siento es mi día a día, es mi pesadilla, mi condena en vida.

Mi marido me dice que no le haga caso, que pase, pero él no lo puede entender por mucho que se lo explique, tendría que vivirlo como yo, durante todos estos años.

Este viernes como casi todos los días su jornada laboral se pasó en hacer que hacía pero sin hacer nada de provecho en su trabajo, sino marear la perdiz con unas y otros, llegando ha decir cuando le llamaron para trabajar de verdad que estaba muy liado y que no podía, cuando lo que estaba haciendo era solucionar a otra compañera de trabajo un tema particular.

Pero mientras esté en su sitio aunque le tengamos que oír, al menos es de lejos, lo malo es cuando se posiciona más de una hora en la mampara/barra de bar de la mesa de al lado a la mía, y empieza a soltar chascarrillos como que va a tomar el vermouth y acaban pedos a las seis de la tarde, o que todos los viernes se van a cenar, o que todos los fines de semana tienen fiesta, cosa que por mucho que diga a vozarrón en grito, que él fuera del trabajo es de otra manera, debe ser que es peor todavía, con sumar dos más dos, ya nos damos cuenta del tipo de persona que es, iba a decir que me cuesta mucho creer las bolas que dice, pero la verdad es que no cuesta nada porque directamente no me las creo, pero bueno a lo que voy después de una hora y pico escuchando sin querer hacerlo, mando un correo a mis compis de detrás diciéndolas que por favor me cambien el sitio que ya no puedo con la vida, y me contestan las muy ladinas que:

“NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, en la barrera se ve mejor y fastidia menos. Yo que tú ya me había tirado por la ventana ó mejor le había metido en un armario y habría cerrado con llave, pero antes lo hubiera insonorizado”.

Así que nada, tendré que seguir sufriendo en silencio la hemorroide humana que nos ha salido, por mucho que me quiera cambiar de sitio, porque mis compis no me dejan.

Parece que no pasa nada, pero pasa

Hoy escribía en mi diario el resumen de casi un mes, si ya se que un diario es para escribir todos los días, como su propio nombre indica, pero como ya dice el título a diario nos parece que nunca pasa nada, que la vida está estancada, que todos los días son iguales y que hacemos lo mismo, pero solo lo parece, de vez en cuando pasan cosas que al menos a mi me hacer reflexionar, a parte de los imprevistos que nos puedan surgir, en cada jornada tomamos alguna decisión, que hace que nuestra vida vaya por un camino o por otro, en cosas quizá tan simples como pensar que nos vamos a poner, qué vamos a comer, si ponemos gasoil al coche y a los dos minutos deja de funcionar, que decimos si nos preguntan por algún tema, la rutina a la que estamos acostumbrados puede cambiar en cuestión de segundos.

Y sin embargo cuando alguien nos pregunta ¿qué tal?, solemos contestar con un “bieennn (así como arrastrao) como siempre”, yo creo que lo decimos porque en el fondo si que nos gusta que nuestra vida discurra sin altibajos, ni buenos ni malos, miramos hacia atrás y vemos todos los cambios que han sucedido en nuestra vida pero claro de golpe y porrazo no los tenemos clasificados como para hacer un resumen ejemplo: ¿qué tal?, “Pues verás nací, crecí, estudié, me casé, viajé, y ahora estoy aquí” porque sería mucho resumir, el caso es que compartimos a diario tantísimas cosas que no las podemos decir en pocas palabras, todo lo que nos rodea nos influye para que nuestro día a día parezca igual pero no lo sea.

De eso se alimenta una vida, de las experiencias que tenemos, la gente con la que nos rodeamos, la época en la que vivimos, los factores meteorológicos, las noticias que escuchamos o vemos, los libros que leemos, y las cosas que nos imaginamos.

Seguro que todos damos vueltas a la cabeza imaginando situaciones que no han pasado nunca, o bien imaginamos como van a pasar, o como nos gustaría que pasaran, para luego ver que nunca pasan, un ejemplo de ello es soñar que haríamos si nos tocara la lotería, pues al final le damos tantas vueltas, que casi mejor que no nos toque.

De todos modos seguro que eso no nos va a pasar, y seguiremos contando los días que faltan para las vacaciones, la navidad y así seguiremos como que parece que nunca pasa nada, pero si que pasa, sobre todo se nos pasa la vida.