domingo, 1 de abril de 2012

La casa de Pin y Pon

Esta es la historia de cómo nos liamos la manta a la cabeza, después de soñar cómo nos gustaría tener una casita a nuestro gusto.

Primera Parte: La decisión

Después de mucho cavilar pensamos comprarnos una casa en el pueblo para tener más intimidad y no tener que ir de ocupas a la de mis suegros, poder hacer más lo que queramos, o lo que no queramos, invitar a amigos, a familiares, etc.

Empezamos a indagar qué terrenos se vendían, los que nos gustaban costaban un pastizal, los baratos no acabábamos de verlos como casa, pero al final nos decidimos por lo único que podíamos pagar e imaginamos lo bonito que podría quedar ese pajar alargado cual caja de zapatos, de 17 por casi 5 metros de eslora, nos devanamos la sesera intentando que en ese espacio pudiéramos tener una o dos habitaciones, una cocina, un baño, un salón-comedor y un jardincito, y como mucho que fuera de dos plantas, para qué más.

Segunda Parte: Los que realmente mandan

Cuando la cosa estuvo más menos cuadrada, nos fuimos a ver a un arquitecto y le llevamos los planos del terrenito y nuestra idea de segunda vivienda, él nos dijo que porque no hacíamos una rehabilitación que costaba menos y que quedaría bastante bien, total que le dejamos hacer su proyecto, quedaba muy bonito y bucólico pero nada práctico ni funcional para lo que queríamos (ahora me arrepiento bastante de no haberle hecho caso), por lo que probamos con otro señor arquitecto, el cual nos planteó otra cosa bien distinta a nuestra idea original, explicándonos que por tales y cuales normativas, no se podía hacer lo que nosotros queríamos.
Total que al final con tanta historia dijimos bueno pues nada acatamos los dictámenes del señor que entiende más que nosotros y de repente cuando volvimos a verle, nos sacó unos planos de un chalet acosado con garaje incluido. Menuda moto nos había vendido, aquello no era para nada la idea original, pero al final claudicamos y comenzamos a buscar constructor.

Tercera Parte: Imprevistos y retrasos

Llamamos a varios constructores algunos del mismo pueblo y otros de los alrededores, para pedir presupuesto, bueno o eso creíamos nosotros, al final ganó uno del mismo pueblo que se adecuaba más a nuestros ahorrillos, y empezamos los trámites pestinentes, solicitar y pagar licencias, derribos, etc,. La cosa empezó complicándose un poco pues no podíamos derribar un muro o se caía la casa de al lado (de eso el arquitecto y el aparejador no nos habían dicho ni media) tras bastantes meses de retraso conseguimos hacer entrar en razón a los cinco herederos de la casa en ruinas, y por fin nos dieron su beneplácito para echar abajo esa medianera y con ello el tejado, corriendo de nuestra parte el coste del mismo.
Ya estaba todo dispuesto para empezar a levantar.

Cuarta Parte: Comienzo de la obra en sí

Empieza la obra en si, y hemos ido viendo los cimientos, las vigas, y como poco a poco, ladrillo a ladrillo aquello iba subiendo y subiendo, ya tenemos toda la estructura terminada, con sus tabiques interiores, sus huecos para ventanas y puertas, fuimos a marcar los puntos de luz y calefacción, nos devanamos los sesos pensando la mejor distribución para los baños, y por fin todo quedó delimitado y ajustado.

Quinta Parte: Revestimientos

Tras mucho mirar aquí y allá, buscando los materiales para revestir la casa, creo que lo único que se parece a la idea original son los azulejos blancos de los baños, pues el resto no ha podido ser como queríamos, o bien porque al principio no encontrábamos los materiales que queríamos, o bien porque una vez que los encontramos el precio era prohibitivo. Por fin encontramos todo en una misma empresa y ya lo hemos pedido y se lo han servido al constructor que cuando fuimos a indicarle qué era para donde, empezó a decirnos que si habíamos cogido porcelánico que es más difícil y costoso de poner, que si no es poroso que si el pegolán es mucho pero mucho más caro como cuatro veces más, total que nos hagamos a la idea de que la cosa va a ir subiendo.

Lo mismo nos ha ocurrido con la fachada, ¿donde ha quedado esa idea bucólica de casita de piedra de musgo?, pues en eso en sólo una idea, pues por razones que no voy a explicar según el constructor, no podíamos ponerlas por tema de dimensiones de las mismas, al final granito y monocapa,

Sexta Parte: Ventanas y puerta del garaje

Otra cosa a elegir y que más menos teníamos clara, puede que sea de las pocas cosas que espero sean como pensamos, las ventanas oscilobatientes en aluminio (aunque todo el mundo nos dice que mejor el PVC que es más cálido) con rotura de puente térmico, con persianas y mosquiteras todo en color madera. Mucho correr, pero sin las piedras de granito que hay que poner antes no pueden hacerlas pues no saben las medidas exactas.
La puerta del garaje iba a ser igual que las ventanas y con unos tragaluces, pero también nos quitó la idea el propio vendedor, así que será marrón como las marquesinas y ciega del todo.

Séptima Parte:Comienza del revestimiento

Parece ser que empezaban esta semana, ya veremos que nos encontramos en la casa de Pin y Pon.

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