martes, 23 de noviembre de 2010

Palabros inventados

Hay veces que me emperejilo, en pedir el chirifú ese de abrir las cartas que está al lado de la grapadora, o en decir de manera cariñosa pichurri, para referirme a mi consorte, o a un niño pequeñito, si un compañero es vaguete es un gandurrián, si me entra la gusa es por que tengo hambre, si me da un flus lo más probable es que tenga un cambio de humor que ni yo misma me aguante, cuando alguien se queda privado pensando en las musarañas, es que le ha atizado un parrús o un calandraque, que hay moscas o mosquitos pues utilizo un fusfrís para aniquilarlos, si algo sobresale de algo, es un pochoncho también aplicable a esas cosas que hay en la carretera, que son de plástico verdes y blancos o incluso vale para los conos que ponen cuando cortan un carril, paseando por la acera puedo encontrar un zuruñito de perrito y para terminar una discusión chimpun y se acabó.

Madre mía, va ser verdad, hoy mi compañera me ha dicho que digo palabras que no existen, y no me lo he creído, hasta que las he buscado en el diccionario y efectivamente, no aparecen.

Esto puede ocurrir por varios motivos:

Uno que veces no me sale la palabra que quiero decir y me invento una que me suene parecido, al menos en mi cabeza.

Dos, que tengo un vocabulario tan extenso que se me queda pequeño y debo buscar cosas nuevas.

Tres, que soy tan ceporra que en lugar de utilizar las palabras adecuadas para cada caso, prefiero ir diciendo por la vida palabros inventados.

1 comentario:

  1. Pues a mi se me ha grillao el ordenata y no se si esclafarlo contra la pared para que rule.
    !coña va a ser contagioso esto del vocabulario alternativo!

    ResponderEliminar