viernes, 5 de octubre de 2012

Seguridad Social

Madre mía! Madre mía!
Me lo contaban y no daba crédito, pero mientras eran otros los que lo sufrían y no yo directamente pues no pensaba que fuera tan malo como lo pintaban, pero ya lo he sufrido en mis propias carnes, y con el título que pongo no me refiero a ningún grupo musical, no, se trata de la tan calamitosa Seguridad Social, que se alimenta de lo que nos quitan en nuestras nóminas para que pueda existir y dar servicio a los ciudadanos.

Hasta el año pasado he sido una supe privilegiada, al igual que la mayoría del personal laboral de los Entes Públicos que de una manera que por otra parte, nunca he entendido, teníamos que ir por obligación a la Colaboradora, si necesitábamos ir al médico, especialista etc, para que luego la Seguridad Social pagara esas consultas a médicos privados, pero este año, se acabó lo que se daba, que por otra parte y aunque me fastidie, creo que es lo más lógico, y supongo que así se ahorra dinero, bueno a lo que voy, antes tenías que ir a un especialista y teníamos un listado donde llamabas y en uno o dos días te atendían, y en poco tiempo tenías tu enfermedad tratada, en mi caso siempre compaginaba el horario que menos perjudicara a mi trabajo, la atención a veces rozaba la extrema atención, y eso hace que te creas que todo es igual.

Pero…..todo eso se me ha acabado, y no me quejo de que me lo hayan quitado, sino de haberlo tenido durante tanto tiempo viviendo un sueño, para ahora despertarme a esta pesadilla.

La verdad es que cuando he llegado al Hospital Universitario Fundación Alcorcón, y he visto la modernidad de que metes tu tarjeta sanitaria en una maquinita y te sale un ticket, con la planta, bloque, sala, hora de cita, número de turno y el día y la hora de impresión de mismo, luego te vas a la sala de espera que te pone en el papelillo, y te sientas a esperar que en una súper pantalla salga tu número agraciado y en la sala en la que te van a atender, he pensado, que maravilla, como han modernizado los hospitales, esto sí que es organización, pero…a los tres cuartos de hora de haber contado todas las sillas de la sala, fijarme en la carpintería de las ventanas, ver las molduras de techo y paredes, pegar la oreja a la de al lado que hablaba por el móvil como si diera un discurso, acordarme de mi mala memoria por no haber cogido un libro, y ver como una hija enseñaba a su madre a usar el Iphone, lo de la maravilla se me ha ido borrando de la cabeza, y ya pensaba que mi número era el de la primitiva, que nunca me toca.

Esta ha sido la primera vez que iba a una revisión que antes hacía en una clínica privada asociada a Colaboradora, y cuando la doctora que me ha atendido ha visto los informes que llevaba, se ha quedado con la boca abierta y me ha dicho, pues aquí todo esto no se lo vamos a hacer, y de anual nada, cada tres años, y así me ha ido diciendo todas las desventajas que voy a tener, en fin menos mal que como en el informe pone que debo tener una revisión anual, de momento este año me la van a hacer, pero solo tres cosillas la mitad de la mitad de lo que me hacían, y luego si ven que todo sigue igual y no ha cambiado, me bailo el chotís  “Anda y que me ondulen con la permanent”.

En fin que una vez que ha terminado de escribir en el ordenador a mil por hora todo lo que la parecía significativo de los informes que he llevado, ha procedido a explorarme, que no sé si ha llegado a dos minutos lo que ha tardado, el tiempo para decirla textualmente: “En la carrera de medicina ahora piden, 300 pulsaciones por minuto en mecanografía verdad”, a lo que me ha contestado que bueno es más engorroso, pero que está mejor porque lo pueden ver todos y se entiende la letra, antes eso me ha desarmado, y efectivamente, no la he podido replicar nada. Al terminar la exploración a salido literalmente pitando, de nuevo al teclado a darle caña, y cuando ya ha dejado de echar humo, me ha dado un impreso con varias cosas escritas a mano, para que me fuera a pedir cita para las pruebas que me van a hacer. La he pedido un justificante para el trabajo y me ha dicho que me lo sacara yo misma en la maquinita de los tickets, que vuelvo a pensar que está genial, porque pone la hora de la cita y a la hora a la que has sacado el justificante, así se ve el tiempo que has estado allí.

Y sin más dilación me he dirigido a la zona de pedir cita, también muy moderno todo, hay una maquinita con las especialidades, pinchas la que quieres y te sale otro ticket, con otro numerito, y esperas que en las 5 ventanillas en las que solo ves a dos personas atendiendo, salga tu número en el cartel luminoso de encima de cada una de ellas, cuando he llegado iban por el 235 y a mí me ha tocado en suerte el 294, solo sesenta personas por delante, una maravilla, pero parece ser que he tenido suerte, solo he tardado hora y tres cuartos en que me atendieran, y al final para que me digan que ya me la mandarán por correo o me llamarán por teléfono.

Veremos cuanto tardan en llamarme, porque al paso que va la burra seguro que dentro de veinte años y para entonces mi memoria estará tan cascada que diré “¿Para qué me llaman ahora con una cita de la Seguridad Social?.

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