domingo, 12 de julio de 2009

Vacas en costa carabanchel.

Las vacaciones hoy en día son algo irrenunciable, incluso en tiempos de crisis se hacen filigranas, malabarismos y encajes de bolillo con tal de salir, escaparse, desconectar o cargarse las pilas.
Pero el concepto mismo ha cambiado mucho desde mi mas tierna infancia, antiguamente ir a la playa era la máxima aspiración del españolito de a pie porque lo mas normal era ir al pueblo familiar o a la casa de la sierra los mas pudientes, aunque esto era mas una condena que un disfrute ya que obligaba al peregrinaje anual siempre al mismo sitio.
Los que somos de ciudad y no tenemos ni pueblo, ni segunda casa, nos tocaba inventarnos viajes en coche sin aire acondicionado y tienda de campaña a la costa mas cercana donde acampar como hippies en perfecta armonía con la naturaleza y viviendo la aventura del momento sin saber como ni cuando estaríamos en cada lugar, pero encantados con esa incertidumbre que hoy sería impensable.
Luego el resto del verano consistía en salir a la calle a jugar con los amigos y esperar el día de la semana en que se conjugaban los astros para poder ir a la piscina municipal.
Hoy miro por la ventana de casa y veo un parque con pistas de padel, mesas de ping-pong, futbolin y dos piscinas a las que puedo acceder con solo ponerme las chanclas y coger la toalla y sin embargo no dejo de pensar que tengo que ir de vacas a algún lado, si cuando era chaval me hubieran preguntado como serian mis vacas ideales, creo que sería algo parecido a lo que hoy no valoro suficientemente.

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