viernes, 5 de marzo de 2010

Un invierno amoroso

Menudo tiempito llevamos casi desde octubre del año pasado, las plantas con la subida de temperaturas han empezado a florecer, pero de pronto vuelven los fríos y las alertas y todas se perderán.

Esto va a tener varias consecuencias si es que algún día las estupendas líneas isobaras nos enseñan algo que no sea una borrasca del Atlántico o una tormenta perfecta como la de la semana pasada, voy a inventar las jardineras con tejadillo pues las que tengo más parecen peceras o acuarios y en lugar del perejil, las margaritas y los ciclámenes, voy a plantar ranas, sapos y lombrices de humedales.

Así no hay quien haga carrera de jardinería que valga, las únicas plantas que siguen adelante son las que tengo protegidas entre ventanales, y en el interior de la casa, aunque con cuidado pues la calefacción también las afecta.

Para una vez que estaba yo tan orgullosa de mis plantaciones tengo que contratar a un socorrista que enseñe a nadar a las pobres raíces que se pudrirán sin remedio, ya están pasando del color verde al amarillo que me ahogo, como no salga pronto el sol nos quedamos sin oxígeno, pues la fotosíntesis será algo extinguido como los dinosaurios.

Convoco a la primavera para que venga ya, y despida hasta más ver esta estación que no nos quiere dejar porque nos ha cogido mucho cariño quiero decirle adiós a este invierno tan amoroso.

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