lunes, 15 de febrero de 2010

La gran Gala de los Oscar, digo perdón los Goya.

Como las comparaciones son odiosas, pues no compararemos la famosa alfombra roja de los Globos de Oro o los Oscar, con la desteñida alfombra verde de los Goya, pues más que un evento cinematográfico parecía que fueran a grabar un anuncio de detergente.

Si lo se, muchos pensarán que es criticar por criticar y sobre todo lo nuestro, pues no, porque estoy de acuerdo con los que piensan que muchas de las pelis españolas le dan mil vueltas a cualquier americanada comercial, pero sigue faltando algo que haga que la mayoría prefiera ver en el cine una cinta nacional que extranjera. Si nos queremos diferenciar por la calidad de las historias, y el menor presupuesto con el que se cuenta en España para hacerlo ¿por qué en un evento tan importante para el cine español como son los Goya quieren imitar a sus primos lejanos los Oscar de los que nos queremos diferenciar lo más posible?

Incluso las reporteras de España Directo hicieron su trabajo vestidas de famosos modistos y recurrían a la típica entrevista a las actrices con preguntas acerca de sus trajes, peinados y joyas, como si eso fuera lo más importante.

De verdad que me gustaría sentirme más orgullosa del cine español, que poco a poco va alcanzando un nivelillo, pero entre muy pocas lechugas, la mayoría son coles, como bien criticaba alguien que no recuerdo quien fue, aún nos falta un abismo para que podamos ver en un cine una película española que dure más de una semana.

Cada vez que veo esta gala y me entero gracias a ella de todas las películas españolas que se han hecho, me pregunto ¿y por qué no las he visto nunca en la cartelera?

Tendré que esperar a que a Cayetana Guillén Cuervo que no es santo de mi devoción, las quiera poner en el programa Versión Española, eso si anunciando a bombo y platillo que estuvo nominada o ganó en el año tal, tal, tal un Goya.

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