Para los puristas seguramente seguirá siendo una cárcel en la que castigar a unos inocentes animales condenados de por vida, pero para los que somos un poco mas realistas consigue un equilibrio bastante aceptable entre el interés por conocer nuestro planeta y el respeto a sus habitantes, es una manera de conseguir que los mas pequeños vean y se conciencien de que somos muchos y muy variados los que pastamos y cazamos por este mundo, que hay que mantenerlo porque al fin y al cabo no es una herencia que recibimos para dilapidar, sino algo que mantener para futuras generaciones.
Entre tantas opciones de ocio esta es sin duda una mas que recomendable forma de pasar una mañana soleada, para en una sola jornada entrar una selva tropical con lluvia torrencial incluida, por supuesto artificial pero creíble, visitar a los pingüinos viéndolos volar dentro del agua, y finalmente constatar cuanto se parecen algunos de estos monos a nosotros mismos a los que solo les falta la cervecita en una mano para encontrar el eslabón perdido.
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