Isabel.

Será tu primera puesta de largo oficial, serás protagonista de una celebración religiosa, pero sobre todo protagonista de tu propia existencia y del efecto que causas en nosotros, en tu familia.
Ya no eres aquella bebe que conocí a las pocas horas de nacer, ni aquella niña que saltaba desde el sofá y que nos encogía el alma cuando caía sobre la alfombra y se levantaba de un salto con la sonrisa en la boca o cuando para reyes pedía unos guantes de la masa para poder luchar.
Luchadora y atrevida, sin miedo a subirte a esas construcciones que ponen en los parques, que encantan a los niños y espantan a los padres, recuerdo también como de bien pequeña ya te subiste a una tirolina de aquellas gritando y riendo.
En solo una década has crecido mas que muchos en varias, me encanta ver como disfrutas de la lectura, me lleno de orgullo y satisfacción cuando me cuentas como te va en el cole, cuando me dices que nunca has suspendido y que siempre estas entre sobres y notables.
Recuerdo también cuando Víctor estaba a punto de nacer y te decíamos que tendrías que cuidarlo porque eras mayor y como, en un ataque de responsabilidad dijiste que no sabías si podrías hacerlo, porque las cosas si se hacen, se hacen bien.
No se puede esperar menos de quien tiene nombre tan aristocrático, Isabel, (aquí en Madrid reina de las aguas) nombre noble, pero también familiar, homenaje a tu bisabuela y por tanto a tu estirpe.
En fin, que te deseo lo mejor para este día de tu Primera Comunión y sobre todo para todos los que vendrán después.

Felicidades para la reina que hoy vestirá como una Princesa.