domingo, 13 de mayo de 2012

El chaqué, ni estiliza ni mejora tu imagen, si no eres un maniquí


El chaqué (también llamado chaquet) es el traje de máxima etiqueta para el hombre. Se utiliza para fiestas y ceremonias de día (para las noches se utiliza el frac).
El chaqué comenzó como una prenda utilizada por los caballeros ingleses para montar a caballo, por eso es abierta por detrás, para que caiga por la parte de atrás del caballo. Es una prenda derivada de la casaca como también lo es el frac y durante un tiempo en el siglo XIX se utilizaban indistintamente de noche y de día[2] .
El uso del chaqué por las mañanas para ir de caza por los caballeros ingleses convirtió la imagen que da esta prenda como a una de las más elegantes para el hombre y por eso se pasó a utilizar en bodas o recepciones oficiales, independientemente de la hora del día. En ocasiones también lo emplean los mayordomos en recepciones de alto nivel.
El chaqué se compone de cuatro piezas más los complementos, muy importantes.
Levita. Es quizá la parte más vistosa porque es la más grande. Como en el caso del frac, lleva      cola, pero es más larga y redondeada. Suele ser negro o en tonos grises[4] y a veces otros colores. Así mismo, existe el chaqué francés, el más largo, y el chaqué inglés con una cola varios centímetros más corta que la anterior.[5]
Chaleco. Los más normales son el gris para la gente joven y el negro para los más mayores. El negro puede ser con vivo o sin él. Para los novios es un caso especial: ellos pueden llevarlo de colores o estampado o de otras maneras para llamar más la atención por ser los más importantes en la ceremonia.
Pantalón. Lo más usual es llevarlo en una tonalidad gris y de rayas verticales, con una o dos pinzas. El tejido más convencional es la lana, la más gruesa es la de tipo cheviot, denominada así por la raza de oveja de la que se obtiene la lana. Los bajos normales, sin vuelta, y lo más importante, ha de quedarte perfectamente ajustado a la cintura ya que no admite cinturón, aunque sí tirantes. De todas formas algunos modelos llevan unas trabillas laterales para ajustarlos según te convenga.
Corbata. Esta es la parte del chaqué que más libertad nos concede. Originalmente la corbata más clásica era la gris, algo que quizá restaba colorido y originalidad a un atuendo ya de por sí aburrido. Actualmente lo más usual es utilizar colores claros y vivos, normalmente en liso aunque puedes utilizar algunas de topos o de rayas oblicuas. Eso ya depende de cada uno, sobre todo, evitar estridencias. Hay que olvidarse de corbatas estrechas. Una buena corbata de seda natural será el complemento perfecto para el chaqué. El nudo debe quedar lo más pulido posible, es decir, bien ajustado al cuello, recto y perfectamente anudado. El tipo más habitual es el windsor.

Además estarían los complementos que serían:
Camisa. Tres reglas básicas, que sea siempre blanca, por ser uno de los colores más sobrios y elegantes que existen, con cuello italiano por ser el más aconsejable, ya otorga la rigidez necesaria y el espacio para que se asiente el nudo doble de la corbata, y puño doble que cerraremos con unos gemelos acordes al evento, mejor si son plateados y discretos.
Zapatos. Los zapatos, son, si cabe, uno de los complementos finales para lucir un chaqué perfecto. El color ha de ser siempre negro, no se admiten otras tonalidades, la puntera redondeada tipo Oxford y con cordones, olvídate de mocasines y calzado troquelado. El zapato más clásico y formal también debe acompañar al atuendo más elegante.
No todas las chaquetas de chaqué llevan el bolsillo para el pañuelo. Si lo tuviese puedes colocarle uno blanco, y doblarlo en varias partes para que simplemente sobresalga 3 centímetros.
Nota importante, si te obligan a ir de chaqué a una boda, que sepas que ni estiliza, ni mejora tu imagen si no tienes tipo de maniquí.





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