domingo, 6 de mayo de 2012

Un fin de semana largo de verdad

Con lo corta laboralmente que ha sido la semana del 1 y 2 de mayo, lo intenso que se nos ha presentado el finde.
Normalmente los viernes por la tarde aprovechamos para descansar y habitualmente es lo que solemos hacer también los sábados y los domingos, pues en invierno no surgen muchos planes y el tiempo no suele acompañar.
Pero de tarde en tarde, y quizá también debido a la Luna Llena que ha pasado por el perigeo (el punto de su órbita más cercano a la Tierra) en su fase de plenilunio, lo que ha permitido verla de manera espectacular, un 14% más grande y un 30% más brillante de lo habitual, hemos tenido, como se suele decir, la agenda de actividades repletita.

Al único evento programado que teníamos para el sábado, que era celebrar el cumple de mi cuñada, se sumaron:

Estupenda cena con amigos el viernes, donde estuvimos hasta altas horas de la madrugada (bueno casi las 3), cuando nos fuimos la luna ya se estaba preparando para el día siguiente, estaba digna de ver.

Al poco de llegar a la cena del viernes, recibo una llamada de otros amigos de Leganés para ver si quedábamos el sábado, y dijimos que si, porque hacía mucho que no nos veíamos.

Luego mientras estábamos con los primeros platos, mi maridito recibe dos llamadas más, una para ir al día siguiente tempranito a probarse el chaqué para la boda de su hermana (este tema merece una entrada exclusiva) y otra para ver si íbamos a casa de mis suegros a comer el domingo, y como lo de pensar fuera de casa no lo tenemos ensayado, solo fuimos capaces de declinar la última opción.

Eso es lo que más mola para disfrutar, ver que hay tiempo para hacer muchas cosas, aunque te canses y tengas mucho sueño, lo mejor es tener actividad, para que cunda y que un fin de semana corto sea largo de verdad.

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