viernes, 27 de febrero de 2009

Ascension a la montaña.


Soy poco amigo de los santos, pero sin duda hay uno que si que me gusta es, San Viernes, toda la semanita con solecito y buen tiempo hace presagiar un fin de semana interesante, desde la ventana de casa se ve al fondo, los días claros, las montañas con sus cumbres nevadas y después de todo el invierno planeando ir, este parece ser el definitivo.

El telediario de ayer intento frustrar nuestras pretensiones pronosticando lluvias y bajadas de la temperatura, pero si nunca me lo he creído ni para bien ni para mal no va a ser menos ahora.

Para un solo día hay que organizar toda serie de preparativos domésticos dignos de cualquier expedición alpina que se precie, empezando porque la indumentaria no solo tiene que ser practica, sobre todo tiene que estar de moda, que ya no somos aquellos chiquillos que subían a esquiar con el material prestado de unos y de otros, y que en la mayoría de los casos nos quedaban bien como sacos o casi como payasetes por los colores chillones que se llevaban entonces.

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