martes, 17 de febrero de 2009

Como niños.

Uno a estas alturas de la vida, espera tener quizás, una segunda juventud, pero no es tan sencillo, primero hay que pasar una segunda infancia.

En el cole -que ya parece mas de los padres que de los niños- ilusionan a los chavales con una fiesta de disfraces para carnaval, nosotros claro les animamos y comentamos que traje les gusta mas y cual es su personaje preferido, encantados de ver como se emocionan y disfrutan con la idea.

Y cuando todo esta encarrilado se presentan con la notita de instrucciones sobre el evento, los trajes deben ser cómodos para que los niños los lleven todo el día, horario de la activad, bla, bla bla,................... y como ultimo apunte.........solo podrán pasar aquellos padres que vayan disfrazados, toma ya!

hay queda eso!

La jugada es total, cuanto mas progenitor ridiculizado, mayor diversión y como ya no hay marcha atrás, cualquiera les dice ahora que no hay festival, deprisa y corriendo toca buscar entre la sección de poliester de los grandes almacenes algún camuflaje en el que enfundarse para llevar con toda la dignidad que sea uno capaz de tener en tan delicado momento.

Estoy deseando que llegue el viernes para convertirme en el pirata Barbanegra. Ole ole.

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