viernes, 12 de junio de 2009

Ikea lo intento pero no puedo

De todas las tiendas del mundo mundial en las que he entrado a intentar consumir como buen ciudadano dado a ello, Ikea es la única que se me resiste con pasión.

Se positivamente que la gente compra en esta gran superficie, y se llevan todo tipo de productos de lo más variado, además de jugar con la bonita baza de montárselo uno mismo, pero no es nuestro caso, yo habré entrado como chorrocientas mil veces, y nunca, repito nunca jamás, he logrado pasar por la caja con algún artículo, debo ser la clienta más torpe del mundo, pero para empezar eso de coger un papelito y un lapicerín y seguir las flechas del suelo para tener que recorrerte todo el centro aunque lo demás que te obligan a ver te importe un pimiento, me exaspera de veras, y cuando por fin llegas a la zona de las sillas de oficina que era lo que pretendíamos comprar, y empiezas a probarlas, miras los carteles explicativos y te das cuenta de que no existe tal explicación, de hecho en un modelo en concreto te indica los números de las palancas que servían para poder regular la altura, el balanceo del respaldo etc, pero en el dibujo de la silla no existía ninguna palanca y ningún número de los que hace referencia.

Total que pasando de las explicaciones nos aventuramos a probarlas sentándonos en ellas e intentando manejarlas por intuición, y sorprendentemente, a la primera de cambio una balancea el respaldo y nunca más volvió a su posición, bueno supongo que por 159 euros de nada, que más da que te la compres y en un minuto se te quede en ángulo obtuso para que estés superincómodo como si escribieras en el ordenador tumbado en la cama? Eso sí, si quieres ponerte en ángulo recto pues te buscas doce cojines por que tu espalda no tendrá ningún otro apoyo.

Vista la buena calidad del producto en cuestión salimos disparados siguiendo las flechas que indican la añorada salida, pero a Leandro le duele eso de salir sin nada en las manos, así que de casualidad coge unas carpetas de cartón para las estanterías, y ya contentos como nadie pues íbamos a perder nuestra virginidad en una de las cómodas cajas de pago, vemos las inmensas colas que de repente le quitan todo el encanto a nuestra primera vez, y volvemos a salir para variar, por donde dice SALIDA SIN COMPRA.

Total nunca llegaré a comprar nada en Ikea y ahora se el motivo a mi no me gusta tanta independencia para ahorrar tantos costes sobre todo humanos, se que hay mucha gente a la que le agobia que los vendedores les pregunten todo el rato eso de “¿en qué puedo ayudarle?”, pues a mi no, me gusta preguntar a una persona que me indique y sepa algo del producto que quiero comprar, pero en estas tiendas ya reza en el slogan, estamos en la República Independiente de Ikea, eres independiente para cogerlo como puedas, independiente para intentar meter lo que compras en tu coche, independiente (auque mejor que te ayude algún amigo manitas) para montarlo, y sobre todo independiente para que si todo eso te sale mal vayas y lo descambies.

3 comentarios:

  1. las cosas se devuelven o se cambian, NO SE DESCAMBIAN.

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  3. ¿Que hay mas bonito que enriquecer nuestro idoma con expresiones tan de andar por casa como esta?
    Seguro que tu, anonimo, utilizas otras como resetear o decodificador y te quedas tan ancho.

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