lunes, 28 de diciembre de 2009

El club de la buena suerte ¡A por El Niño!

Que no nos ha tocado la lotería de Navidad, no pasa nada, ahora vamos a arrasar con la del día 6 de enero, que la esperanza es lo último que se pierde (esto podría valer para otras Esperanzas que no se pierden ni para atrás), en fin puyitas aparte, está visto que lo que tenemos que hacer es participar, pues el que se mueve no suele salir en ninguna foto, y eso mismo pasa con la suerte, pues ya hemos comprobado que estar, está y cualquier día podemos ser los elegidos.

Es cierto que este año se recordará por toda la gente cercana a la que le ha tocado un pico grande o pequeño, de la forma más inesperada, bien por la lotería, los ciegos o la quiniela, así que yo no desespero, ya se que si no jugara y guardara todo el dinero que me gasto en estos juegos de azar (igual que pasa con el tabaco), ya tendría unos ahorrillos más que sustanciosos, pero bueno, hay que reconocer que a la mayoría de los españoles nos gusta jugar, y de eso se trata de probar y llegar a hacer realidad el sueño de no pegar chapa y poder tener liquidez a mansalva.

Tengo un amigo del instituto, al que todos envidiábamos porque le tocaban las cosas más insospechadas, todos decíamos que nos había robado la suerte, pero la verdad es que invertía mucho de su tiempo coleccionando y enviando a apartados de correos varios y gastando su paga semanal en enviar trocitos de cajas de galletas, códigos de barra, plastiquitos de paquetes de tabaco, sobres de nescafé, tapas de yogures, etc., etc., y vaya si le tocaban cosas, nos decía, que como nosotros no participábamos en nada pues él no tenía tanta competencia y lo ganaba todo, no se ha hecho rico pero fue de los que más paquetes recibía en su casa, con entradas a conciertos, mochilas de moda, batidos de chocolate gratis por un año, una bicicleta, camisetas a mansalva (luego se vestía con ellas en cualquier ocasión y podía ir de naranjito a la universidad) después la vida se ha cobrado demasiado duramente tan buena fortuna, hace mucho que no nos vemos pero conociéndole estoy segura de que sigue haciendo lo mismo.

Por eso tenemos que entrar en ese club de la buena suerte y no dejar escapar nuestro próximo objetivo: la lotería del Niño.

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