Me estoy rehabilitando, nunca pensé, ni siquiera en aquellos juveniles años en los que parece que esta uno por encima del bien y del mal que alguna vez pronunciaría yo esta frase.
Y es que los tiempos cambian y hay que enfrentarse a situaciones que se antojaban tan distantes a uno, de esas que solo suceden a los demás.
Llevo ya una semana, los dos o tres primeros días fueron duros, las sensaciones en mi cuerpo eran totalmente nuevas y lo peor es que ando justito de voluntad, la necesaria para ir tirando, en cuanto intuyo una demanda mas allá de lo habitual tengo que arroparla de resultados y como estos normalmente tardan un poco en aparecer, la lucha interna es brutal.
Pero estoy contento de no haber tirado la toalla, aun recuerdo como solo hace un mes estaba totalmente empastillado para poder soportar el día a día y como acababa tirado en el sofá, frente a una tele insufrible y picoteando todo tipo de guarrerias polisaturadas que han decidido quedarse conmigo, pertrechadas entre los pliegues del airbag corporal en el que se va convirtiendo mi cintura.
Me han dicho que a partir de ahora todo depende de mi, después de estas sesiones de rehabilitacion tengo que hacer algún tipo de ejercicio para fortalecer la musculatura de la espalda y de paso dar por finalizada mi relación con estos michelines tan familiares ya.
Todo para olvidar aquel fatídico día en que me pinzé las lumbares por un inocente salto mal ejecutado y peor acabado.¡ ya veo la luz al final del túnel!
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