jueves, 5 de noviembre de 2009

Lo que la verdad esconde, algún día verá la luz.

Puedes trabajar durante muchos años con las mismas personas, y no llegar nunca a conocerlas del todo.
Hay veces que haces tan buenas migas con tus compañeros que quedas fuera del trabajo y se va forjando una buena amistad, tanto es así que el otro día contábamos que pasamos mucho más tiempo juntos que con nuestra propia familia, por eso no es raro que tengamos más cosas en común, más cosas que contarnos y más confidencias que guardarnos.
Pero otras veces compartes la misma jornada laboral, con personajillos de medio pelo, que en lugar de dar pena dan grima, pueden llegar a irritarte solo con verlos andar como Pimpín el Aventurero, oír como se frotan las manos como si fueran viejos avaros, incluso odiar la estela de colonia que van dejando al pasar, son engreídos, prepotentes, maleducados, y algunos hasta misóginos, no saben trabajar en equipo, no saben llevar a la gente que tienen a su cargo, ponen verdes a los jefes de por encima y de al lado, hasta a sus propios compañeros, no soportan que otro tenga razón y nunca reconocen que se han equivocado, según ellos los demás no llegamos al reparto de cerebros, pero no se dan cuenta que ellos se llevaron los defectuosos y con taras, ¿irían en las rebajas o les engañaron como a chinos? si los demás somos tontos y solo ellos los listos, ¿no será que su realidad está enajenada? ¿o es que al nacer se escurrieron de las manos del que les trajo a la vida como un símil de la canción "Sólo pienso en tí" de Victor Manuel?
Además de tener ese trato tan distinguido con el resto, para remate sus cosas siempre son lo más, da igual lo que sea si les decimos que nuestra mierda es enorme ellos dirán pues la mía es de elefante al lado de la tuya.
Si hablas de comida, ellos cocinan mejor que Arzak, Arguiñano y Ferran Adrià juntos, si tienes un perro, ellos han tenido diez, si te han regalado un reloj, ellos tienen veinte y todos de marca, si hablas de zapatos o camisas los suyos son mejores porque se los hacen a medida, si a tu hijo le regalas una play, los suyos tienen un cuarto entero lleno de videojuegos, pantallas, televisiones, dvd’s etc., si te compras un móvil nuevo, ellos se las apañan para agenciarse uno en la empresa sin tener que pagarlo como tú, si hablas de tu coche ellos tienen el mejor y con más prestaciones, si tu marido es empresario en activo, sus mujeres son licenciadas o abogadas que llevan pleitos en la escuela de sus hijos, aunque no hayan ejercido en su puñetera vida, si tu llevas una bolsita de caramelos, ellos compran veinte kilos de todos como si tuvieran una tienda.
Pero todo eso no es lo peor, lo peor es que por uno o dos garbanzos negros como ellos a ti se te quiten las ganas de ir a trabajar.
Solo espero que a toda esta gente que trata a los demás como imbéciles, algún día la vida les dé un buen repaso, sacándo a la luz toda la verdad que esconden.
Esto va dedicado a todas las que sufrimos a estos personajes en nuestras carnes a diario (salvo cuando están de baja, que eso me va a dar para otro capítulo de desahogos)..................

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