viernes, 13 de noviembre de 2009

¡Menuda torrijilla la del viernes!

Si uno come fuera, el otro también menudo peligro tiene irse a comer con quien no lo has hecho nunca, me he encontrado con una piltrafilla de marido, hoy teníamos los dos evento social por separado, y cada uno nos hemos encontrado con el otro de manera muy diferente, ahí le tengo durmiendo como un bendito, si es que las mezclas y las compañías hay que saber dosificarlas que luego pasa lo que pasa.

Y yo aquí con mi nuevo casi diario, donde me siento como pez en el agua pudiendo soltar lo que me pasa por la cabeza, esperando a que el bello durmiente despierte (ya he probado lo del besito, pero no hay manera) para que me cuente cómo le ha ido, total he venido y al rato se ha adueñado del sofá, y he empezado a realizar mis funciones maritales, tales como el de enfermera de guardia (sin el traje blanco ni la cofia) y le he dado un pastillón para el resacón, y está tan ricamente dormido que me da penita despertarle, así nos turnamos con el ordenador, que si no nos lo tenemos que rifar.

Se ha asombrado de que supiera con quien ha estado, pero es que mis fuentes informativas son de primera mano, por algo trabajo donde trabajo.

Lo peor de estas cosas es que mientras estás en el meollo, no te das cuenta de lo que tomas, y cuando pasa el tiempo dices: ¡Menuda torrijilla me he pillado este viernes!

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