lunes, 11 de mayo de 2009

Nada que declarar.

Lo malo de llevar un registro de actividades en el que contar como pasa la vida y lo ocupado que esta uno haciendo, viajando, asistiendo a eventos, es que cuando no las hay parece como si se estuviera desperdiciando el tiempo, una semana y nada que contar, maldita rutina, una miradita al blog como de soslayo para intentar pensar algo con que rellenar la hoja en blanco y nada, no ha ocurrido nada interesante digno de ser perpetuado, cualquier cosa que quiera contar ya ha ocurrido antes, el trafico, el tiempo, el cole del niño, la cordialidad en el trabajo ya sea currito-jefe, currito-currito también esta desmenuzado y opinado.
Hay que reivindicar el puro y tan denostado tiempo para el aburrimiento, es importante poder dedicar una parte de nuestra existencia al arte del vagueo, de la vida pausada y contemplativa, rascarse la barriga y ver como crece la hierba, placeres para los que hay que valer dicho sea de paso y doy fé que en mi caso soy un gran defensor de estos menestetes, en su justa medida y de vez en cuando conviene simplemente dejarse llevar.

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