martes, 19 de mayo de 2009

Reservado minusvalidos

No puedo con las injusticias, he renunciado a las grandes, las que quieren solucionar tanto dirigentes políticos y religiosos como mises en sus discursos de plocamación de reinas por un año, "me gustaría un mundo sin guerras en el que todo el mundo viviera en paz" y demás milongas, esta claro que el ser humano esta programado genéticamente para pelearse unos con otros desde aquellas primeras piedras pasando por las espadas, luego fusiles, metralletas, cañones, bombas de destrucción masiva y seguramente otra vez piedras.
Las injusticias que me tienen cogida la medida son las pequeñas las del día a día, un coche aparcado en un paso de peatones, o peor aun en una plaza de minusválido sobre todo en los grandes almacenes, suponiendo con razón que ahí no va a venir ningún guardia a ponerles una multa, no basta saber que no solo no se puede hacer, sino que esta mal, muy mal, en esos momentos empiezo a elucubrar frases que imprimir en adhesivos para ir colocándoselo a esos descerebrados en sus generalmente tuneados o carísimos coches (porque el prototipo de este tipo de personajes es mayoritariamente ese, jovenzuelo con buga maqueado, nuevo rico con vehículo llamativo o directamente delincuente en potencia).
"¿Te gustaría que algún día te merecieras esa plaza?"
"Se una manera de que no te multen aparcando ahí, ¿te la cuento?"
Y no se te ocurra decirles nada, no van a gastar dos minutos en buscar un sitio permitido, pero para discutir o pelear tienen todo el tiempo del mundo, lo peor es que estamos tan acostumbrados a mirar para otro lado, que ya es un acto reflejo, no importa que una señora mayor venga corriendo hacia la parada del autobús y el conductor arranque justo cuando llega a su altura con una pequeña sonrisa en su boca y nosotros vemos como se hace pequeñita gesticulando algo sobre la madre del conductor y nos callamos intentado pensar en otra cosa, o cuando cuando determinados ciudadanos perfectamente educados están sentados en un vagón del metro y hacen como que leen para no levantar la mirada por si encuentra a alguien con preferencia moral y tienen que levantarse, o peor todavía seguir sentado mirando como algun viejecito o embarazada les mira desde la incomodidad del estar de pie, y los demas seguimos sin decir a ese mamón, "levanta hombre no ves que lo necesita mas que tu".

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