miércoles, 6 de mayo de 2009

Tengo una corazonada.

El plan Marshall vuelve pero esta vez a la inversa, como en la película de Berlanga, también nos afanamos aqui en la limpieza de las calles, colocando banderas olimpicas en cualquier soporte que tenga apariencia de mástil, adornando con flores de temporada parques y jardines, arte efímero que dura lo que dura el evento en cuestión, cuidando hasta el ultimo detalle que el camino que van realizar los inspectores del COI sea un paseo triunfal, que triste que para conseguir algo haya que rebajarse al peloteo puro y duro, no podría establecerse un sistema tipo consurso-oposición de tal manera que cada ciudad candidata supiera con baremos perfectamente estipulados los puntos que tiene y así saber en que puesto esta realmente, es como si en el cole en lugar de aprender los rios o montañas tupiéramos que regalarle los oídos al profe de turno sobre lo bien que viste o lo guapo que esta, invitarlo a unas cañitas y ofrecernos como sus mas humildes servidores.

Pero esta vez la recompensa no van a ser ingresos de ayuda al desarrollo, va a ser una mas de las aventuras faraónicas de este aprendiz de brujo que como por arte de magia consigue liderar el endeudamiento municipal del estado embarcándose en la mas cara de las obras consistente en la soterración de la M-30 para recuperar el rio y su ribera y al final seguimos sin rio, sin dinero y sin criterio.

Esta vez lo que se nos avecina es ni mas ni menos que una olimpiada, para lo cual como no! habrá que realizar inversiones tanto publicas como privadas, no me atrevo a imaginar el futuro, no se si sera bueno o malo, menos mal que como ya no tenemos criterio no tengo que pensar, solo dejar pasar el tiempo.

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