viernes, 9 de abril de 2010

Patinaje artístico: confiar a ciegas en la pareja

Hace unas semanas hemos estado siguiendo la competición de patinaje artístico por parejas del campeonato del mundo en Turín, este deporte me ha fascinado desde que era un mico la primera muñeca que me pedí a los Reyes Magos, después de verlo por la tele la primera vez, fue una patinadora que iba con pilas y la tenían en el estanco donde comprábamos el tabaco a mi padre, cuando crecí mi madre me contó que era carisísima para lo que ellos podían pagar en aquellos años, pero que la señora del establecimiento se tiró el rollito (porque antes la gente fiaba y era buena) y la dejó pagarla a plazos, esto ahora lo cuentas y parece mentira, pero así fue.

Bueno que me pierdo en el baúl de mis recuerdos, a lo que voy, siempre me ha parecido embelesador ver como se deslizan con tanta facilidad subidos en esas cuchillas y a esas velocidades, pero lo más bonito es ver esa coreografía con esa música y esas parejas que de lejos siempre me parecieron guapísim@s, hasta que me pusieron gafas y las cámaras utilizaron el zoom, eso me hizo comprobar que la mayoría de ellos no eran adonis, ni ellas eran las princesitas de los cuentos, pero siempre me gustó el tema de la pareja en la que el hombre era tan alto y la mujer pequeñita y manejable. Luego comprendí que no era porque se hubieran enamorado así al azar, sino para poder realizar las piruetas más complicadas.

Supongo que habrá gente a la que le parezca soporífero, reconozco que yo misma me he quedado dormida viéndolo, pero entre la musiquilla y los comentarios de Paloma del Río, una señora que de vez en cuando salta: Lutz, Flip, Salchow, Loop, Axel, Triple Axel, o hace algún comentario sobre los patinadores, sus entrenadores, el tiempo que llevan patinando juntos, si llevan pestañas postizas, si los dos se han dado el mismo tinte del pelo por aquello de la estética, si son hermanos aunque no lo parezca, y cuando termina la actuación, se suele poner tan contenta diciendo que lo han hecho pero que muy bien, y casi adivina el puesto en el que van a quedar, también se la nota que sufre si alguno se cae o da un paso que no debía.

Se que no he expresado bien lo que me pasa por la cabeza cuando veo este deporte, pero me parece tan estético, elegante, fino y bonito, hacen que lo más difícil se vea como si fuera tan fácil, las piruetas en las que se tiran al aire, se suben sobre las piernas, se manejan como si fueran fardos de plumas, bajan, suben, giran, se coge de una pierna y se lanzan con impulso de cohete, se pasa la cuchilla casi por el cuello, todo eso que si sale mal, resulta bastante peligroso.

Por eso el patinaje artístico es casi como el amor para que salga de nota tienes que confiar a ciegas en la pareja.

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