martes, 11 de noviembre de 2008

Cristina

Ayer me pasé tres pueblos.

El primer pueblo me lo pasé cuando me cabree con mi hermana porque estaba poniéndome pegas para ir al pueblo a grabar este fin de semana y cogí el teléfono a Cristina con ese estado de animo.
El segundo pueblo, lo revese, cuando al enterarme que Cristina estaba en el Leroy Merlin comprando listones para montar la tela de croma, me puse como una histérica a decirla - que no me escuchaba - que ella hacía lo que la venía en gana - que de que valía que habláramos.
Y el tercero, cuando no quise escuchar sus explicaciones.

Puede que este fin de semana nos marchemos al pueblo para empezar a grabar todas las tomas que quiero para la película de mis padres.
La inmediatez de la fecha, me tiene un poco agobiado. Quiero tener el mayor número de cosas planificadas, para que a todos nos resulte lo mas liviano posible.
Preveo que a mis hermanos les va a resultar un poco coñazo. Y quiero despachar cuanto antes.
Pero lo cierto es que me estoy centrando en que y como quiero grabar, pero apenas estaba prestándole atención a lo que necesitábamos para que todo resulte mas o menos creíble.
Cristina, por el contrario, si que anda bastante preocupada con todo esto. Su capacidad de previsión llega hasta el punto de tener que pensar en asuntos tan estúpidos como la comida. Deberíamos llevar la comida casi preparada, para que todos estemos el mayor tiempo disponibles para las grabaciones.
El sábado estuvimos comprando una tela que esperamos nos valga para hacer el croma. El papel que nos dejó Agustín no nos vale porque el viento lo rompe y para algunas tomas necesitamos mas ancho que el que daba el papel.
Para sujetar el croma por arriba, se le ocurrió a Cristina utilizar listones y para poder transportarlos, que estos estuvieran partidos y que se pudieran unir por bisagras (Por si alguien no lo sabe Cristina es el Jeremías de mi casa)
Como en el fondo tiendo a pensar que todo esto no es mas que un rollo que me estoy montando y que el resto del mundo que dice que quiere ayudarme no acaba de comprender mis ínfulas de cineasta de pacotilla, y como la colaboración por parte de mis hermanos no pasa de estar dispuestos a poner sus caras un fin de semana, no quiero que Cristina se involucre mas allá de lo que se involucra el resto de mi familia. Por tanto no me sentó nada bien que ella se chupara el tener que ir al L&M y yo me estuviera tocando los melindrongos en la oficina.

Pero estúpido de mi, no me doy cuenta que ella quiere y debe participar más, si cabe. No se como hacerle participe de todo lo que pasa por mi cabeza, en cuanto a que es lo que quiero y como lo quiero, pero si de algo me tengo que mentalizar es que sin ella, la empresa está condenada al fracaso.

Necesito su mano izquierda para saber llevar a todos y conducirlos, divirtiéndose, hasta lo que yo quiero grabar.
Necesito de su capacidad de inventiva para resolver problemas de localización, vestuario y atrezo.
Necesito de sus observaciones, para que alguien pueda criticar lo que estoy haciendo.

Quien si no ella es la que está dando con los temas musicales que acompañan a cada montaje.
Quien si no ella es la que se da cuenta de los fallos en la sincronización.
Quien si no ella consiente que pase horas delante del ordenador sin apenas dirigirle la palabra.
Quien si no ella es la que cuando esta terminado uno de los montajes acaba diciendo: Me gusta.
Quien si no ella es la que aguanta mis miedos a que al final a mis padres no les haga ni fu ni fa.
Quien si no ella ES.

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