Equs

Hay otras actividades de fin de semana que se pueden realizar aunque no están a disposición de todos, para acceder a ellas tienes que pertenecer a una categoría especial, bien somos acaudalados ciudadanos, bien tenemos una vocación desmedida o como es el caso por nuestra parte– en este caso la de un amigo- tenemos una relación laboral con ella. Este domingo fuimos a un club de ocio en el que se practica equitación, los caballos, tengo que decirlo, son mas grandes de lo que uno tiene en mente y tienen unos dientes que no inspiran demasiada confianza, las patadas que dan dentro del establo para llamar la atención de los temerosos visitantes que nos paseamos por sus dependencias no dejan lugar a dudas en cuanto a lo desastroso de una coz en un momento dado.
Cuando ves a alguien cabalgar, a esa altura, con cambios de dirección, saltos y demás cabriolas, sin mas tecnología que unas tiras de cuero atadas a la cabeza del animal y unos estribos colgando de una silla lo primero que piensas es, donde esta el airbag? el cinturón de seguridad? freno de mano? Abs?, todo aquello en lo que una mente del siglo XXI esta acostumbra a buscar y procesar.
Es un esfuerzo para el instinto de supervivencia superarse y subirse ahí arriba y no solo para mi, sino para esos pequeñajos que empiezan a practicar este deporte y que aunque solo sea por la diferencia de talla y años es mucho mas meritorio.