martes, 11 de noviembre de 2008

Cumple de la Abuela



Mi madre cumple años a su manera, ella se quedo con los 28 y cada año dice lo mismo “28 y algunos meses”.
Para el evento, -mi padre que harto de hacer filigranas juntado mesas que siempre quedan a distinta altura y que al ser redondeadas cuando las cubre con el mantel se convierten en trampas que ya las quisiera para si Rambo- se “hizo” con un tablero con patas de esos que se usan en las comuniones y lo instala-inserta en el centro del salón al que acudimos hijos y nietos.
Lo mejor, lo de siempre buena compañía y buena comida, lo peor, lo mas evidente, cada día estamos mas mayores, la pequeña de la familia es la mas alta del grupo y ya tiene mas de 30, la mediana tiene dos niños casi adolescentes y marido que pese a sus achaques sigue jugando al rugby como si fuera un colegial, yo con la cabeza asentada y aportando churumbel y consorte, y mis padres, abuelos.
Mi madre contaba como alucinada que parecía que fue hace cuatro días cuando mi tío Chencho se marcó doscientos y pico kilómetros en vespa para conocerme a mí, porque no se creía que su hermanita hubiera tenido un hijo.
Ahora ya no somos nosotros los protagonistas, es la nueva hornada la que mueve ficha, se empeñan en demostrarnos en cada momento su insultante energía y su capacidad de adaptación a todas las situaciones con una sonrisa en la boca.

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