lunes, 27 de octubre de 2008

Vida y muerte.


Para que haya vida tiene necesariamente que haber muerte, es como el cielo y el infierno, sin uno no hay otro, esta semana tenemos la celebración de la muerte, cada cultura lo hace a su manera, en algunos países sudamericanos festejan con dulces y cantos a sus antepasados como si estos estuvieran todavía con ellos, los países anglosajones se burlan de ogros, brujas y todo tipo de seres horripilantes disfrazándose ellos mismos como tales.
Nuestra manera es mas de andar por casa, el día de todos los santos se acude al cementerio a depositar los ramos de flores, hoy día el 90% de ellos artificiales, y ha hacerles un lavado de cara a lapidas y nichos, los previsores van la semana anterior para eludir en lo posible las caravanas que se forman a la entradas de los cementerios, de esta manera queda cumplimentado el tramite anual de recuerdo a los que ya no están con nosotros.
Mientras Conchi y yo nos dedicábamos a estos menesteres, Víctor celebraba - junto con sus abuelos- la vida a su manera, compitiendo en la 5ª carrera popular de Aluche, eso si, en la categoría de 2 a 4 añazos, ajeno a al destino que todos, tarde o temprano (mejor tarde) tendremos algún día.

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