Todavía me acuerdo cuando en mi mas tierna infancia estaba pasando una de esas etapas de introvertido casero, o como vulgarmente se dice, aburriéndome como una ostra en casa, debía ser invierno crudo y tenemos que recordar que por esa época hace unos ventimuchos años no existían mas que una cadena y media de tv y por supuesto nada de internet ni portátil ni consolas ni nada que hiciera llevadero un recluimiento de esa naturaleza, una vez situados, ocurrió lo que hace un par de días, como una especie de deja vú, suena el teléfono y una voz reconocible al aparato, ¿que pasa tronco?.
Era el quinto elemento, en el principio de los tiempos, cuando todo estaba por hacer, cuando nadie sabría como nos trataría el correr de los años, cuando eramos ingenuos y soñadores ya eramos cinco, amigos y compañeros de aventuras y correrías, nos veíamos en el cole, por el barrio, hacíamos reuniones interminables en el portal hablando de mil y una tonterías.
El paso del tiempo ha hecho que cada uno vuele a su aire, cada cual busca su lugar en el mundo, pero estaría bien conservar siempre algo de aquel espíritu.
No será quien yo creo que tiene un hijo y su mujer tiene el pelo rizado y viven o vivian en Fuenlabrada?....
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