Con la perspectiva que dan los años, las viejas peleas quedan aparcadas como los aviones que las representaron, en el aeródromo de 4 vientos conviven en perfecta camaradería un Polikarpov I-16 apodado el rata y un Miles Falcon Six luciendo orgullosos la bandera republicana junto a un Dragon Rapide el mismo que trajo a Franco desde Canarias para levantarse contra el gobierno, otros con bandera americana participaron en la segunda guerra mundial, el mas antiguo es de 1925, un De Havilland DH-60 Moth, y el mas jovenzuelo es un clásico de las exibiciones aéreas un Pitts S2A Special, impresiona la pasada a casi 300 km/h justo encima de nuestras cabezas del Beechcraft 18 comprado recientemente a la compañía Spantax, antes de despegar puedes pasearte por esta residencia de ancianos en perfecto estado de revista y fotografiar un pedazo de historia viva con la sensación de contemplar ejemplares en algunos casos únicos y otros en peligro de extinción.
Cuando encienden los motores los vapores de queroseno hacen que el estomago me de un vuelco, es inevitable, automaticamente mi cuerpo recuerda cuando después de aquel olor tocaba subirse a un avión militar y saltar en paracaidas.
Este fin de semana tuvimos regalo extra, el campeón del mundo de acrobacia aérea Ramon Alonso, demostró porqué lo es y demostró también que la física no es una ciencia aburrida, un avión se puede quedar parado literalmente en el cielo durante mas de un minuto como si estuviera colgado.
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