miércoles, 22 de abril de 2009

Vuelven los extraterrestres.

Han vuelto y espero que esta vez sea para quedarse, por lo menos hasta que acaben el trabajo, cuando vinieron por primera vez allá por 2005 ataviados con lo que para nosotros pobres humanos nos parecían monos de trabajo y tocados con unas semiesferas blancas con aspecto de casco de albañil en sus naves de colores naranjas o amarillo chillón que recordaban a las típicas grúas y camiones de obra, armados con estructuras metálicas de gran tonelaje.
Se asentaron en diversos puntos de la capital y empezaron a devorar kilómetros de asfalto de la antigua M-30 obligando a los sufridos conductores a tomar desvíos imposibles y desquiciando a los mucho mas sufridos vecinos a penar día y sobre todo noche con los interminables ruidos y molestias, oradando las entrañas de este queso gruyere en el que vivimos para excretar una nueva vía por debajo del rio, nos abducieron contándonos que sería para nuestro bien, que el manzanares recobraría su aspecto de antaño, que seria paseable y navegable, que todos los arboles arrancados se verían recompensados con una nueva generación de especies perfectamente escogidos para crear un feng shui a niveles nunca vistos.
Pero nos dejaron con las ganas, de repente un dia, sin previo aviso cogieron los últimos recursos y los invirtieron a caballo ganador, con el dinero de la obra de superficie compraron todos los radares disponibles en toda la unión europea y los instalaron en los túneles, con eso aseguraban un goteo incesante con que apaciguar a sus dioses, nos dejaron tan impactados que desde entonces no se ha oído a nadie desde las instituciones ni desde los mentideros ni siquiera desde la oposicion revelarse contra esta situación, ahí quedó a vista de todos el lodazal en que convirtieron a nuestro humilde riachuelo desamparado y olvidado.
Hoy han vuelto a aterrizar algunos de aquellos marcianos, un rayo de esperanza parece brillar en el horizonte.

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