lunes, 13 de abril de 2009

Unos días en otra dimensión – Parte II

Antes yo creía que tenía La Gran Familia, pero ahora he cedido ese título a la de Leandro por parte de padre, me parecen muy divertidos, y me recuerdan un poco a esa película, desde fuera al menos así me los imagino, siempre tienen las puertas abiertas, les gusta sentarse alrededor de la misma mesa y sobre todo hablar, creo que nunca he estado con ellos y que alguno estuviera callado.
Desde que los conocí en su hábitat natural, es decir en el pueblo, se repiten las anécdotas y situaciones divertidas.
Hago una breve descripción de sus miembros sin ánimo de ofender a nadie y siempre desde el cariño.
Empezaré por los tíos de Leandro, su tía es muy fiestera, siempre está dispuesta a preparar un banquete, aunque sea en medio de la calle, para así poder invitar a todo el que pase por la plaza, es el alma máter de la familia y si me apuran de todo el pueblo, siempre cuenta con su chache (el padre de Leandro) para tomar la última en la plaza y estar de chinchorreo o ligue (tomar el aperitivo) o darle un platillo de potaje, pues sabe que le gusta tanto como a ella. Luego está su tío que sabe de casi todo, además de ser un manitas cosa que la madre de Leandro siempre ha admirado, creo que con un poco de envidia, le preguntes lo que le preguntes siempre obtendrás una respuesta (quizá no la que buscas pero...), te golpea la espalda de manera cariñosa, pero te puede partir en dos sin proponérselo, además de tener un fuerte acento Valdepeñero. El único hijo que tienen los tíos, nos explicó para que yo lo entendiera, alto, claro y con movimientos de brazos como molinos de viento, como va el tema de los Master que dan algunos directivos de mi empresa, a alumnos de varias universidades, porque él también suele saber de muchas cosas, aunque es bastante joven, y ya tiene un retoño clavadito a la madre, que como no podía ser de otra manera, con dos años habla como una cotorrilla con su media lengua.
Al marido de una de sus primas, le denomino el foráneo, porque cuando le conocí, se refería así a él mismo y a los que no somos del pueblo (es decir los agregados) parece el típico despistado y también creo que lo es, cuando te habla no sabes lo que dice porque empieza las frases pero no las acaba, y cuando nos vamos y comentamos de qué hablabas con él nadie es capaz de saberlo, hay una cosa que si repite a menudo y que es ¡el tomate es peor que el tabaco!, no hay vez que le veamos que no lo diga a veces incluso sin venir a cuento. La mujer del foráneo que habla por los codos y aunque lleva en Madrid desde que nació, cuando está en el pueblo le sale un acento típico de la zona.
Su hermano mayor al que apodan Zasca, habla con dificultad porque tiene frenillo, y también necesitas hacer un esfuerzo extra para entenderle. Su exmujer-mujer (se separaron, pero han vuelto a vivir juntos), que siempre nos trae algo de comida o postre que ha hecho su exmarido-marido (que trabaja de cocinero) para que lo probemos, además se sabe de pe a pa toda la liturgia referente a la iglesia, todos estamos de su parte y se puede hablar con ella tranquilamente y se la entiende.
El marido de otra prima con quien nunca hemos hablado mucho, pero hemos visto que si se pone tampoco para, aunque la conversación se base en repetir lo mismo infinidad de veces. Su mujer es hermana de la mujer del foráneo, por tanto prima de Leandro, creo que es de las más comedidas aunque tampoco se queda atrás.
A veces me resulta increíble pensar que Leandro lleva esa misma sangre, con lo calladita que es la criatura.

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