De cumple en cumple.

Manda huevos! como diría cierto ex-ministro.

Ayer contemplé como cambia el mundo desde sus mismos cimientos, asistí a un cumple de una niña de 4 años que decidía a quien invitar a su fiesta, los padres se limitan a llevar las tarjetas en las que indican que parque de bolas es el elegido, y a buscar al progenitor del agraciado a la salida del cole, si desde tan pequeños ya toman decisiones que suponen entrar en la noria de: tu me invitas, por lo tanto yo también tengo que invitarte, (esto se multiplica de foma exponencial una y otra vez) metiendo en mas de un lio a mas de un sufrido padre, como vamos a enseñarles quien manda en casa?.

Al final, quien gana son los organizadores de eventos que se frotan las manos con esta nueva moda, para los peques genial, ellos se lo pasan teta, y para los mayores, tanto niño es imposible meterlo en casa, por lo que bien mirado no esta mal, el problema es que estamos metiendo en la vorágine consumista a esponjas que asimilaran esta forma de hacer las cosas a toda velocidad.

Demasiada responsabilidad para mentes tan inocentes, demasiados regalos para aprender a valorarlos, poquísimo dinero para tanto acontecimiento.