Uno de los títulos que menos cuesta conseguir y mas merecer es el de padre, casi cualquiera puede colgarse la medallita y jugar al cupón ese de la once, pero otra cosa muy diferente es aprobar todas las asignaturas de este curso, hay que mantenerse al tanto de las ultimas mejoras, acceder si se puede a los master´s de especialización, no dejar nunca de reciclarse y sobre todo no desfallecer, es en definitiva una carrera de larga distancia que para el que lo disfruta, es el mayor premio que se haya inventado y no supone mas carga que el desgaste físico propio de tanta actividad, pero para aquel que lo tiene como obligación, es el peor trabajo que se pueda tener, no tiene horario ni vacaciones, ni siquiera un mal convenio colectivo y lo peor es que quien lo paga al final es el tierno churumbel que tampoco el tiene la posibilidad de rescindir contrato.
Extraña sociedad esta, que pone normas y condiciones hasta para la mas sencilla actividad y se olvida de las cosas verdaderemente importantes.
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Propongo para todos los padres del mundo, que el primer regalo que les deberían de dar en el hospital, cuando ven por primera vez la carita de sus vástagos sea un manual para ser padre, y que lo enviaran en fascículos a medida que van pasando los años.
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